jueves, febrero 26, 2009

La maza

Será políticamente incorrecto aplaudir la acción violenta del vecino de Lazcano que arremetió a golpe de maza contra una herriko taberna tras ver su piso destrozado por una bomba etarra. Será políticamente incorrecto, sí, pero yo le aplaudo, le ovaciono, pido oreja y rabo y vuelta al ruedo. Es triste que tengamos que acabar haciendo la ola a un joven que agarra un martillo pilón y arrasa un bar, pero cuando el bar es un nido de ratas que nunca debió estar abierto, el hecho se desarrolla en ese paraíso de cobardes que es el País Vasco, y los etarras se manifiestan en manada contra el irritado vecino, el aplauso se impone.

Ya estoy harto de escuchar a las boquitas de piñón que musitan enfurruñadas que en un estado de derecho el ojo por ojo no es aceptable. “No podemos darle respaldo bajo ningún concepto”, ha sentenciado el presidente del gobierno. Pues mire, sí: yo sí le doy respaldo, aunque de nada le sirva. El problema vasco va mucho más allá del terrorismo estrictamente considerado. Es el entorno, el caldo de cultivo, la subvención, la tolerancia infinita, el aprovechamiento de la violencia por los “moderados”, la partida de mus ininterrumpida por el estampido de los tiros, la eternización de los nacionalistas en el poder, el clientelismo, la nauseabunda atmósfera de “si no te metes en política aquí se vive muy bien”. El mazazo a las cristaleras del antro es una metáfora: que corra el aire, que se ventilen las estancias hediondas. Y ahí Zapatero tiene una ocasión de oro de pronunciarse: ¿permitirá que el PNV siga en el gobierno si el juego de las mayorías le concede otra posibilidad? Es una respuesta sencilla: sí o no.

Entre tanto, todos somos Emilio Gutiérrez. Es más: estoy convencido de que si con ocasión del asesinato de Miguel Angel Blanco se hubiera producido algún acto violento, otro gallo nos cantaría ahora. Tremendamente eficaz fue la Ertzaina protegiendo entonces a los batasunos amenazados. Un par de horas más, y la historia del País Vasco hubiera sido otra, me juego lo que quieran.

martes, febrero 24, 2009

El silencio

Los despropósitos del gobierno socialista dan mucho para comentar. Pero no me interesa hoy hablar de la dimisión del Ministro Bermejo o de Garzón o de los viajes a Siberia de la Ministra de Fomento. No.

Hoy la noticia la protagoniza un padre de familia. El padre de Marta del Castillo. Este hombre ha tenido el valor de ir a La Moncloa y de pedirle Presidente del Gobierno tres cosas: protocolo de actuación por parte de la polícia en casos como los de su hija, cumplimiento íntegro de las penas y referendum para implatar la cadena perpetua como respuesta a estos crímenes. El Presidente Zapatero se ha escudado en su dialéctica vacía sobre la reforma de la Constitución. Ante eso el padre de Marta ha respondido lo que muchos ciudadanos pensamos y decimos: “Los españoles dormimos igual si nos gobierna un rey o una reina, pero no dormimos igual si nos falta un hijo en casa”. La respuesta del Presidente ha sido el silencio. El silencio de quién sabe que el otro tiene razón pero él nunca se la dará.

Para JLR Zapatero ser Presidente no es estar al servicio de los españoles, es una oportunidad para transformar la sociedad. No importa el precio a pagar por ello. Fue el ex-ministro Bermejo quien mejor definió ese modo de ver la política: “soy rojo y como tal actúo”. Por supuesto que todo político intenta gobernar de acuerdo a su ideología.

Sin embargo, quien gobierna nos prometió talante y diálogo y ahora da como respuesta el silencio. Nos prometió la paz y habló todo lo que pudo con los terroristas. Y ahora no puede responder a un padre de familia.

Don Antonio del Castillo no le pidió la pena de muerte, no le pidió la tortura ni siquiera le pidió establecer ya la cadena perpetua. Solo le habló de convocar un referendum. Una propuesta serena y reflexionada. Para el Presidente Zapatero eso solo merece indiferencia.

Más le preocupa que el Jefe de Estado pueda ser mujer. Sinceramente, eso es irrelevante. A menos que uno solo gobierne para la imagen, para el símbolo. Para jugar a la iconoclastia. No por jugar, no por placer. Por romper y para transformar. Aunque eso no nos importe a los ciudadanos. O al menos a una gran mayoría de los ciudadanos que vivimos en el mundo real.

lunes, febrero 23, 2009

El límite

Iba a escribir algo en contra de la propuesta de reforma de la Ley del Aborto aprobada por la Comisión de Igualdad, con el voto en contra del PP y a favor del PSOE, IU, ERC, BNG, etc. Iba a escribir que es una barbaridad decir que no debe haber conflicto entre los derechos del niño y los de la madre. Más cuando se excluye también al padre y más cuando se propone que las chicas de 16 años puedan prescindir de todo permiso paterno.

No obstante, reconozco que cuando me siento a escribir sobre este tema siento un profundo desánimo. Llevamos mucho tiempo hablando de ello. Llevamos años argumentado sobre la condición humana del zigoto. Llevamos siglos sosteniendo que el concepto de pre-embrión es tan válido como seguir afirmando que el Sol gira alrededor de la Tierra. Argumentamos, buscamos literatura, ponemos orden y razones ante los gritos e insultos. Debatimos que los plazos y condiciones que imperan en el ámbito legal actual no responden a realidades. Decir que un embrión no lo es hasta el día quince de desarrollo, o afirmar que es un amasijo de células desorganizadas sin estructura, o sostener que no es humano, es no querer reconocer los hechos biológicos ni querer entender el desarrollo embrionario. Sin embargo, muchos médicos y científicos aceptan estos planteamientos sin ningún problema. Y siempre encontramos los mismos caminos sin salida, los mismos falsos debate y las misma argumentaciones emocionales tanto si se trata del aborto como de las células madre embrionarias.

A lo largo de estos últimos años me he encontrado participando o leyendo en foros varios sobre estas cuestiones y parece que no podemos salir de un círculo en el que se mezcla ciencia, religión, ética, filosofía y política en cantidades diversas y sin criterio. Eso, en el mejor de los casos ya que lo más normal es acabar recibiendo una dosis de insultos varios. Me pregunto, entonces, cual es el motivo de esa pasión, de ese delirio que lleva a negar lo observado en favor de lo deseado. Pienso que el debate esencial no es el aborto ni las células madre. Siendo importante no acaba de explicar la situación. Más bien pienso que es el derecho a decidir, el derecho de uno mismo por encima de todo, el derecho a no tener ninguna limitación de ningún tipo respecto a lo que está en juego. Es decir, el viejo tema de la libertad, de los derechos y los deberes. El viejo tema de nuestros límites. Creo que solo desde esta perspectiva podemos entender que lo que se está debatiendo va más allá del aborto o de los derechos del embrión. No estoy alejándome del debate real. Solo lo estoy poniendo en perspectiva. Pienso que es importante no olvidar que un debate sobre el embrión humano y sus derechos no puede relativizarse ni argumentarse desde posiciones acientíficas. Algunos opinarán que tampoco es lícito plantearlo en términos religiosos cuando muchos ciudadanos se posicionan como ateos.

Y pese a todo ello, el debate se realiza en un oscura comisión sin otra consideración, sin desarrollar toda la información para que el ciudadano sepa de lo que se está hablando y teniendo siempre a mano el recurso de la descalificación y el insulto en caso de que alguien opine lo contrario. El debate sobre los derechos del embrión humano supera en mucho el estricto debate parlamentario y no puede ser reducidos a un juego de intercambios de argumentos dudosos. Pero se sigue adelante sin dudar. ¿Acaso no se han impuesto moratorias en otras cuestiones cuando no se quiere entrar en el debate o cuando hay dudas razonables?

Esta reforma de Ley del Aborto no aborda los problemas generados por la ley vigente. Ni responde a la cuestión de los abortos crecientes en España (100,000 en 2008). Es simplemente un paso más para responder a la pregunta que planteaba previamente. Un paso más para decir que nuestra felicidad solo será completa cuando no tengamos restricción alguna.

Y sin embargo, algo les dice que eso es falso. Algo les dice que se equivocan. Si no ¿porque defender el aborto con tanta vehemencia, con tanta pasión, especialmente por parte de aquellos que se dicen defensores del talante y que relativizan toda posición ideológica?


dosmildoce.wordpress.com
Ante la duda, optan por seguir corriendo hacia adelante. No hay moratoria que valga en este caso.

viernes, febrero 13, 2009

Sísifo post-moderno

Como Sísifos post-modernos cada día nos levantamos con nuestra pesada tarea de volver a subir la piedra hasta la cima de la colina para que vuelva a caer rodando y así volver a empezar. Parece que nada rompe el ciclo. Desde la colina, nuestros dioses del olimpo post-modernos nos miran con complacencia. Son los nuevos moralistas. La izquierda erigida en criterio moral absoluto en un mundo que ellos quieren tan relativo como sea posible mientras no cuestione su supremacía. En ese mundo, todo vale. Gobierno y Poder Judicial hablan, pactan y deciden, como siempre, como antaño el Caudillo, cazando muflones, ciervos o perdices. Poco importa. La cuestión es que sin pudor, sin reparo asi es como el poder parte y reparte. Ayer eran tramas de espionaje, hoy corrupción cutre española clásica. Cuando más arrecia la crisis, cuando el Presidente del Gobierno es zarandeado en el Parlamento y solo ofreces respuestas balbuceantes sale siempre el viejo Garzón, el de toda la vida, el hombre limpio, paradigma de la justicia ciega para, después de darle a unas cuantas perdices, liebres o muflones en compañía del ministro Bermejo, salte de nuevo con una actuación mediática estelar.

No defiendo ni la corrupción ni el supuesto espionaje ni la inocencia absoluta de los cargos del PP, por supuesto. Si hay evidencias para ello, que se investiguen, se juzguen y se depuren las responsabilidades a todos los niveles.

Pero no deja de parecerme curioso el momento escogido. Romper el ciclo de noticias negativas echando basura. Poco importa si la basura es limpia o está contaminada. La cuestión es echar. La cuestión es darle un patada a la bola de Sísifo y que vuelva a empezar. Eso es lo fundamental. La izquierda es moralmente superior. Si se equivoca es un pecado venial. Si lo hace la derecha es siempre un pecado mortal. Sin excusa. Esa es, y ha sido siempre, la imagen del talante. Los dioses de la izquierda siguen sentados al borde la colina, tirando los huesos de las perdices, de los muflones y de los ciervos a la cabeza de Sísifo. Esa es la democracia socialista. Los señoritos del cortijo despreciando los problemas de los ciudadanos. Desde su colina, desde sus cacerías no les oyen. Dicen que hay crisis. Bueno, ya daremos más limosnas. Pero no reformaremos nada. No podemos desmontar el chiringuito ahora. No sea que la gente se enfade y vaya a la huelga.

Aquí lo que importa es que Sísifo nunca suba a la colina y que la piedra siga cayéndose. Nada más. Y mientras tanto, otra ración de ciervo o de jabalí.

miércoles, febrero 11, 2009

Ridi, pagliaccio!


“¡Declamar…! Mientras preso del delirio, no sé lo que digo, ni lo que hago… Y sin embargo, es necesario que te esfuerces… Bah, ¿eres acaso un hombre? ¡Eres un payaso! Vistes el jubón y te enharinas la cara; la gente paga y quiere reír… (…). Ríe, payaso, y todos aplaudirán. Transformas en chanzas el dolor y el llanto; en burlas los sollozos. ¡Ríe, payaso…! (…)”.


Ya me perdonarán, pero anoche escuchando y viendo a Zapatero tarareaba para mis adentros esta aria de la ópera Pagliacci cuya traducción un poco chapucera del italiano les he puesto ahí arriba, y cuya audición les recomiendo encarecidamente. Es que es la viva imagen de lo sucedido ayer en el Congreso. Zapatero recibió una somanta de tortas como hace años no se veía en un hemiciclo. Ni uno sólo le perdonó. Rajoy, en particular en su última réplica de cinco minutos, estuvo inmisericorde, y eso que la muy protectora TVE no enfocó el rostro del Presidente ni un momento. Momento glorioso cuando, papel en mano, le felicita por la decisión de reducir el gasto corriente en 1.500 millones de euros, medida idéntica en cantidad a la enmienda que propuso el PP a los presupuestos, y que el PSOE rechazó hace apenas dos meses. Cuando parecía que amainaba, aparece Duran i Lleida y se pone a arrearle con parecida saña. No mejoró la cosa con el portavoz del PNV, que en afortunada imagen comparó al Gobierno con una tortuga panza arriba. Pero hay más: es que incluso Ridao, el taciturno y desaliñado portavoz de ERC, se descolgó anoche con una sucesión de bofetones realmente cruel. Rosa Díez le reclamó directamente elecciones anticipadas. Y cerró el círculo, tal vez el más inane, el difunto Llamazares.


Cuando volvió a la lona abandonando su protector rincón, el Presidente era la viva imagen del boxeador sonado: frases inconexas, deslavazadas, tópicos como la laboriosidad del pueblo alemán, apelaciones a la gravedad de la crisis internacional (si no fuera por eso seguiríamos creciendo, balbuceó), encogimiento de hombros, mirada perdida y acuosa, y el labio inferior más tembloroso que de costumbre. Pero eso sí, y de ahí mi inspiración operística: con una sonrisita nerviosa, a medio camino entre despectiva y huidiza, como queriendo mostrar una cierta superioridad intelectual, una seguridad de la que evidentemente carece. ¡El Presidente se reía, se sonreía al menos, mientras todo el hemiciclo le acusaba de ineficaz, torpe, mentiroso, ignorante, sectario y, en definitiva, cobarde! Transformando en sonrisas el dolor de los ciudadanos, y en burlas las quejas de sus representantes, mientras presa del delirio declama sin saber lo que hace ni lo que dice.


Ridi, pagliaccio…

domingo, febrero 08, 2009

El PSOE acaricia la mayoría absoluta

Todos los analistas políticos, ante un escenario como el que vivimos en España, vaticinarían que el partido de la oposición se colocará con una ventaja decisiva ante las próximas elecciones generales. Están todavía muy lejanas, por supuesto, pero es que la situación es tan crítica que incluso la hipótesis de una moción de censura y unas elecciones anticipadas tendría verosimilitud.

Todo lo contrario: el PP se enfrenta a una crisis sin precedentes, que pone en riesgo su propia supervivencia como partido aglutinador del centroderecha español, mientras el gobierno socialista sale milagrosa y escandalosamente incólume de la debacle en que se sume el país. Los estrategas del PSOE, maestros en la propaganda y la manipulación, se frotan las manos ante los desatinos de la lucha fratricida en el PP, y ponen en marcha los engranajes que pueden conducir a la explosión del partido, en un cálculo elaboradísimo que juega magistralmente con el calendario.

Uno de marzo, elecciones autonómicas en Galicia y País Vasco. En el primer caso, cualquier cosa que no sea la mayoría absoluta es un fracaso de los conservadores, porque en ese caso el PSOE tiene el gobierno asegurado con el apoyo del BNG. En el momento más oportuno, aparece el segundo candidato en la lista popular olvidando nada menos que un pago de las Islas Caimán, bocatto di cardinale para el depredador Pepiño Blanco. En el segundo caso, las opciones de victoria son nulas (cuestión que por cierto debería hacer reflexionar seriamente al partido que ha hecho de la firmeza antiterrorista una de sus banderas más sagradas), pero se da la circunstancia de que cualquier resultado será comparado con el de una candidata carismática como la defenestrada San Gil, con lo cual las posibilidades de fracaso son considerables.

Si se encadenan los dos previsibles tropiezos, se encaran las europeas con una altísima posibilidad de voto de castigo, ante la apariencia de intrascendencia que siempre tienen los comicios europeos. La abstención, el voto nulo, el voto en blanco, y las alternativas provocadoras son opciones que miles de votantes populares manejan.

Entre tanto, salta misteriosa y oportunamente el escándalo, si es que lo es, del espionaje madrileño, que afecta directamente a los dos líderes que la opinión ve como potenciales sucesores de un Rajoy al que todos dan por traspasado. La joya de la corona popular, el único reducto de verdadero poder, está en peligro real, sea por inspiración de la izquierda o por conspiración de la propia derecha, pero en cualquier caso en peligro. Una comisión de investigación a la que Aguirre, fiel a sus principios, se ha prestado aún a sabiendas de que van a dispararle desde todos los flancos. Pero puede morir matando: de pronto se desvela que los socialistas que han votado con Blesa en Cajamadrid, y por tanto a favor de Gallardón, han percibido sospechosísimos créditos de la propia entidad.

Garzón no pierde ocasión de arrimar el hombro, y destapa con admirable oportunidad temporal unos casos de supuesta corrupción en consistorios populares. El titular de Pepiño está servido: espionaje, corrupción y paraísos fiscales. ¿Alguien dijo crisis y paro?

Otoño 2009: un PP derrotado en tres contiendas electorales consecutivas cuestiona el liderazgo (por llamarlo de alguna manera) de Rajoy, que no tiene más remedio que renunciar. Pero todos los posibles sucesores están seriamente tocados por el escándalo del espionaje, y enzarzados en una lucha a muerte que les desangra, y además la sombra de la corrupción planea al ritmo que los jueces progresistas imprimen a sus sumarios. A poco que se perciba el más mínimo indicador de que el final del túnel de la crisis económica es visible, Zapatero convoca elecciones anticipadas para primavera de 2010, y arrasa.

¿Ciencia ficción? Tal vez. O tal vez no. A ver quién se atreve a esbozar un escenario más halagüeño.

sábado, febrero 07, 2009

¡Peligro: Gobierno!

Más útiles que las vallas que anuncian las inversiones públicas (que de eso se trata: de que se vea lo que nos da Zapatero), empieza a ser necesario que se editen unos pasquines, vallas y señales de tráfico que indiquen con grandes caracteres “Peligro: gobierno trabajando”. Es que no se salva ni uno. En fila india: Solbes y sus pronósticos y su paciencia benedictina; Sebastián y sus inventos del TBO y su impaciencia ardiente; Maleni y sus desaguisados por tierra, mar y aire; Moratinos haciendo amigos por el mundo; Garmendia en I+D, que lo único que ha hecho (también es casualidad, siendo vasca…) es ceder sus competencias al lehendakari; Rubalcaba jugando al escondite con De Juana o Josu Ternera; Corredor que dirige un ministerio sin funciones; Bibiana inventando palabros y negando que los resultados de la política contra la llamada violencia de género deba medirse por número de víctimas; Bernat Soria empeñado en instituir el ministerio de la moral laica a la par que en lograr el Nobel para su presidente, por el indiscutible mérito de haberle elegido; Cabrera adivinando sentencias antes de publicarse; Corbacho proclamando que el sistema laboral español es demasiado flexible, mientras se le acaban los dedos de la mano para contar los parados por millones; De la Vega intentando eclipsar al cardenal Bertone con un despliegue de color y glamour (que hacen falta narices, o incultura, para presentarse a una audiencia con un cardenal vestida de morado, y así se lo hizo notar irónicamente el prelado),…

Y al frente, claro está, el malabarista mayor del reino, el hombre capaz de vender a los malos armas que no matan a los buenos; el visionario que niega la crisis cuando el suelo se está agrietando a sus pies; el cínico que no es capaz de responder si considera al feto ser humano o no; el embustero que para congratularse con el nuevo presidente americano reconoce ahora que en realidad ofendió deliberadamente a todas las banderas de la coalición internacional; el hombre que aprendió economía en dos tardes y aún le sobró una; el adalid de la democracia deliberativa que huye del parlamento, mientras los nacionalistas le cubren la retirada, para ir a hacer alarde de sensibilidad social a la televisión; el demagogo que nunca prometió el pleno empleo; el estadista que precisa más de 650 asesores designados a dedo; el jefe del gobierno más mentiroso de la historia, que paradójicamente llegó al cargo en alas del lema “España se merece un gobierno que no le mienta”.

Urge que el ejecutivo en pleno sea declarado zona catastrófica. Cada desastre tiene la virtud de disimular el anterior. Es necesario que esta pandilla de amiguetes que han llegado a donde nunca imaginaron y a acumular un poder como no se ha visto igual en la historia de la democracia sea arrumbada por una riada de sentido común y principios democráticos que arrastre tanto sectarismo y tanta ineptitud, y tanto desprecio por la libertad de los que no piensan como ellos. Que vuelvan a los mediocres puestos que nunca debieron abandonar, pero que sea pronto, porque se están cumpliendo los peores pronósticos de quienes aseguraban que este “equipo A” iba a conducir al país entero a la ruina. Deberíamos llenar la red, y las paredes, con el lema “¡que se vayan!”, hasta que su eco les retumbe en la cabeza a todas horas. Es ya una cuestión de supervivencia.

Esperanza Aguirre

Admiro a Esperanza y su contundencia de ideas; la admiro en muchas más facetas pero no como una lider para mí.
El escabroso mundo de los medios de comunicación no se maneja con buenos y malos; el inteligente o los utiliza o los 'mediatiza' en mor de otras informaciones.
Me parece que ahí Esperanaza manifiesta una plena debilidad; los medios de comunicación: ¡o son suyos, o no son!
Para mí es un gravísimo error; pues no hay gobierno 'puro' según nos demuestran los media 'sólo cuando quieren'.
Y ahí está la importancia; no se trata de que el cristal de tu patio sea inexpugnable; lo ha de ser también el de tu vecino; sino, a través de éste llegarán al tuyo.
Doy por descontada mi fe en Esperanza Aguirre, pero nadie debe poner las manos en el fuego por la lealtad de otros.
Doy por descontado que la campaña en contra de la Comunidad de Madrid no es nada fortuíta.
Doy por descontado que los acérrimos enemigos de Esperanza hayan propiciado o aprovechado la coyuntura mediática tan perniciosa para ella.
Doy por descontado que Esperanza no ha estado a la altura del reto.
Si pones la manos en el fuego puedes quemarte...
Si anuncias querellas o las llevas a la práctica, o ¡cállate!...
Yo, modesto fan de Esperanza, no puedo dejar de plasmar ésta mi desilusión; las respuestas han sido equívocas y faltas de fe; es decir, de contundencia.
Saludos