La maza
Ya estoy harto de escuchar a las boquitas de piñón que musitan enfurruñadas que en un estado de derecho el ojo por ojo no es aceptable. “No podemos darle respaldo bajo ningún concepto”, ha sentenciado el presidente del gobierno. Pues mire, sí: yo sí le doy respaldo, aunque de nada le sirva. El problema vasco va mucho más allá del terrorismo estrictamente considerado. Es el entorno, el caldo de cultivo, la subvención, la tolerancia infinita, el aprovechamiento de la violencia por los “moderados”, la partida de mus ininterrumpida por el estampido de los tiros, la eternización de los nacionalistas en el poder, el clientelismo, la nauseabunda atmósfera de “si no te metes en política aquí se vive muy bien”. El mazazo a las cristaleras del antro es una metáfora: que corra el aire, que se ventilen las estancias hediondas. Y ahí Zapatero tiene una ocasión de oro de pronunciarse: ¿permitirá que el PNV siga en el gobierno si el juego de las mayorías le concede otra posibilidad? Es una respuesta sencilla: sí o no.
Entre tanto, todos somos Emilio Gutiérrez. Es más: estoy convencido de que si con ocasión del asesinato de Miguel Angel Blanco se hubiera producido algún acto violento, otro gallo nos cantaría ahora. Tremendamente eficaz fue la Ertzaina protegiendo entonces a los batasunos amenazados. Un par de horas más, y la historia del País Vasco hubiera sido otra, me juego lo que quieran.