Cuestión de amores
Hace ya tiempo que en el oasis catalán no se habla de política. El pensamiento único políticamente correcto mayoritario ha convertido el debate ideológico en un escaparate de imágenes y afectos en el que uno tiene que escoger entre las gafas de diseño de Duran i Lleida, el peinado de Artur Mas, las camisas oscuras de ERC, las joyas alternativas de las iniciativas rojiverdes o las mechas y modelitos de la ministra de defensa.
En ese desfile de modelos, solo hay una competición: saber quién es más catalán y quién habla mejor catalán. O sea, quien vende la mejor imágen de Cataluña. Porque no hay otra opción. Todos defienden el Estatuto, con matices, o sea si el Estatuto tiene que ir vestido de Antoni Miró o con gafas de Gucci.
Pensar que hay algo más es soñar con una libertad que hace tiempo se diluyó en un océano de normalizaciones y diferenciaciones reguladas por los distintos gobiernos de la Generalitat.
En ese sentido nada tiene de sorpredente el congreso del PSC de este pasado fin de semana. El Presidente JLRZ ha vuelto a proclarmar su buenismo enfermizo hablando de financiones maravillosas en las que todo el mundo sale ganando. Pero el Presidente Montilla le ha contestado con lo único que importa y funciona en la Cataluña de hoy: “los socialistas catalanes te queremos mucho pero queremos más a Cataluña y a sus ciudadanos”. Y ha seguido con el refranero popular: “quien bien te quiere te hará llorar”.
A eso se reduce todo: ” a quién quieres más, ¿ a papá o a mamá ?”. No hay discusión política, no hay modelos, no hay alternativas. Solo hablamos al corazón. Pero el niño nos ha salido mal educado, fruto de tanta LOGSE, y en vez de decir “a los dos igual”… nos suelta que “al que me compre más juguetes”. Más juguetes, más poder. Más dinero para repartir limosnas y para seguir haciendo cursos de catalán. Si la sanidad o la educación funcionan o no tiene poca importancia. Lo que importa es seguir discutiendo quién habla mejor el catalán y que desde Madrid se callen y entiendan que mientras sigan dando dinero les seguiremos queriendo un poquito, lo justo para asegurar los diputados necesarios en Madrid y que el PSC mantenga su pacto con el PSOE.
Las cosas claras: “te queremos mucho… pero…”. En ese “pero” se juega toda la política catalana. Es decir, te quiero, te necesito (aunque tu me necesitas más). ” Sigue mandándome dinero. Seguiré aprendiendo más catalán hasta que el día que lo hable bien… y entonces… ya no te necesitaré más. Ya sabes.. te quiere mucho…pero hay otra en mi vida… ya no es lo de antes”. Cuestión de amores.
“Y mientras discutimos que le queda mejor al Estatuto si las camisas de Miró o las gafas de Gucci, te diremos que hagas las maletas y dejes las llaves en el mueble de la entrada. No es nada personal. Es que ya no te quiero.”
No habrá nada que entender. Nada que pensa. Ya se sabe aquello que el corazón tiene razones que la razón no entiende. Nadie preguntará por el futuro de los hijos, por la sanidad o por el modelo de gobierno. No, no hay que preocuparse por que el amor todo lo puede.
dosmildoce.wordpress.com
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