martes, noviembre 13, 2007

El gran dictador

Por Reme Falaguera

Seguro que muchos de ustedes recuerdan la magistral película de Chaplin, El gran dictador. Una divertida y sarcástica crítica a los gobiernos totalitarios de Hitler y Mussolini, en la que nos demuestra que para los dictadores la "… democracia, libertad y igualdad son palabras que enloquecen al pueblo. No hay ninguna nación que progrese con estas ideas (…) Por esto las hemos abolido. En el futuro cada hombre tendrá que servir al Estado con absoluta obediencia".

Aunque personalmente creo, espero que muchos de ustedes coincidan conmigo, lo mejor de la película es el maravilloso y tierno monologo final de… ¿Chaplin, el barbero judío o el dictador Hynkel? No sé. Solo sé que es una auténtica apuesta por el hombre, por el pueblo soberano. Un pueblo que está dispuesto a cambiar su realidad hasta llegar a conseguir la libertad, la democracia y la felicidad a la que tiene derecho: “¡No luchéis por la esclavitud! ¡Luchad por la libertad! En el capítulo diecisiete de san Lucas está escrito que el reino de Dios se halla dentro del hombre, ¡no de un hombre o de un grupo de hombres, sino de todos los hombres! ¡En vosotros! Vosotros, el pueblo tenéis el poder… ¡El poder de crear felicidad! Vosotros, el pueblo, tenéis el poder de hacer que esta vida sea libre y bella, de hacer de esta vida una maravillosa aventura. Por tanto, en nombre de la democracia, empleemos ese poder, unámonos todos. Lucharemos por un mundo nuevo, por un mundo digno, que dará a los hombres la posibilidad de trabajar, que dará a la juventud un futuro y a los ancianos seguridad. Prometiéndoos todo esto, las bestias han subido al poder. ¡Pero mienten! No han cumplido esa promesa. ¡No la cumplirán! Los dictadores se dan libertad a sí mismos, pero esclavizan al pueblo. Ahora, unámonos para liberar el mundo, para terminar con las barreras nacionales, para terminar con la codicia, con el odio y con la intolerancia. Luchemos por un mundo de la razón, un mundo en el que la ciencia y el progreso lleven la felicidad a todos nosotros. ¡Soldados, en nombre de la democracia, unámonos!”

Pues bien, que nos encontramos bajo la dictadura de un iluminado que se considera “el salvador” del pueblo, no es nuevo para los ciudadanos con un poco de sentido común. Y que, como responsable de este gobierno pretende moldear a su pueblo a base de leyes y sanciones, como ya lo intentaron otros trasnochados gobiernos no muy lejanos, es nuestro pan de cada día.

Por esto, no me extraña que el colegio catalán Loreto-Abat Oliba, pueda perder el permiso para cursar los estudios de la ESO y la ayuda económica del concierto educativo, simplemente por acogerse a la objeción de conciencia ante Educación para la Ciudadanía, asegurando que dicha asignatura invade competencias formativas que deben corresponder sólo a las familias.

El colegio, que se revela ante “el gran dictador”, recuerda que está en juego "el pluralismo y la libertad religiosa, recogidos en la Constitución, que tienen su proyección en el ámbito educativo, es decir el derecho de los padres a escoger la formación moral y religiosa de sus hijos y el derecho de los centros a un ideario propio” y que no encuentra la forma de que dicha signatura se adapte a su propio proyecto educativo.

¡Por fin, hay un colegio que no piensa en la cartera, ni en el mal menor, ni en pasar desapercibidos ante la administración con el “ya nos apañaremos nosotros con los contenidos para no pasarnos del límite prohibido”!

Desde que comenzó el curso escolar es, según creo, el único colegio que ha plantado cara a la administración .Es más, para muchos padres ha sido la luz que atisbamos al final de este lúgubre y escalofriante túnel en el que nos encontramos. Un punto de referencia para otros, que ofrece a los padres, lo que los padres esperan de él, con la valentía que da el uso de las armas legales a su disposición. Es más, a muchos de nosotros se nos cae la cara de vergüenza pensar que el colegio elegido para nuestros hijos no siga este ejemplo de valentía y coherencia.

Ya sabemos que “El Gran Dictador” pretende secuestrar la conciencia de nuestros hijos, bajo el lema “todo para el pueblo pero sin el pueblo”. Pero, a pesar de que su totalitarismo tenga que sobrevivir a base de las amenazas y sanciones impuestas, los padres SI que lo tenemos claro.

¡Tenemos el derecho y el deber de formar a nuestros hijos según nuestras propias convicciones morales y religiosas! ¡Somos y seremos los únicos responsables de la educación de estos y nos opondremos con energía ante cualquier adoctrinamiento que nos aparte de nuestro proyecto educativo y nuestras creencias! ¡Nos jugamos la libertad, es más, nos jugamos la felicidad de nuestros hijos!

¡Mira, Hannah! ¡Han dado alas al alma del hombre y, por fin, empieza a volar! ¡Vuela hacia el arco iris, hacia la luz de la esperanza! ¡Alza los ojos, Hannah! ¡Alza los ojos ¡

Reme Falaguera

Mujeres del Siglo XXI

Debate 21

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