miércoles, noviembre 21, 2007

El cobardón de Chávez


Por Antonio Jaumandreu

Pretende hacer creer ahora el caudillo venezolano que no oyó el estentóreo “¿por qué no te callas?” de Don Juan Carlos. Sorprendente, porque el reproche retumbó en la sala (el Rey no estaba ante el micrófono), y en las imágenes puede apreciarse como Chávez calla y hace un significativo gesto con la cabeza, una leve y sorprendida inclinación.

Por supuesto que lo oyó. Sucede que a Chávez le ha sentado fatal que alguien, por primera vez, le haya hecho callar. Y que las imágenes hayan dado la vuelta al mundo, pero sobre todo hayan sido vistas en su país, la maltratada Venezuela donde la frase parece haberse convertido en bandera y lema de la oposición que intenta frenar el proceso revolucionario y totalitario del dictador en ciernes y golpista confeso.

Todos nos hemos encontrado alguna vez en una situación tensa que, una vez pasada, hemos reconstruido mentalmente imaginando lo que le hubiésemos dicho al otro, y lamentando que el ingenio no nos haya asistido en el momento crítico, o que el nerviosismo haya bloqueado nuestra natural inventiva.

Ahora recorre Chávez el mundo abalanzándose sobre cualquier micrófono indefenso que encuentra para bravuconear: “suerte que no lo escuché, suerte tuvo el rey…”. Menos lobos, caperucita: lo escuchaste perfectamente, y te quedaste en blanco, fulminado. Y en tu país han visto por primera vez cómo alguien te callaba. Pésimo precedente para el más locuaz de los aspirantes a sucesor de Castro en ese peculiar “club de la comedia” que constituyen las interminables alocuciones de los líderes comunistas hispanoamericanos.

En cambio, otra de las cosas que va pregonando últimamente me resulta, no sé porqué, más verosímil: que el gobierno español va como loco implorando un comunicado conjunto que zanje la cuestión. Será que imaginar a Moratinos implorando no me resulta difícil. Será que suponer a Zapatero ejerciendo de felpudo ante un dictador no me es extraño. Será. Bastaría con desmentirlo, ¿no?

Los árboles y el bosque

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