Desde mi trinchera liberal: Habemus Setien
Tuve ocasión de ver en televisión una entrevista realizada por Gabilondo al Obispo Emérito Setién. Es un tema que cansa, que duele, que frustra, que desdice. Un Obispo hablando de política siempre produce desazón. Católicos de corazón universal, no iglesia de aldea, política de partido y sacristía de militancia. Siempre con el estribillo de Iglesia vasca, Obispo vasco, problema vasco, sufrimiento del pueblo vasco. Siempre un lenguaje de ombligo, distante y terco en la fractura. Exclusivo.
Doble vía de negociación, dos mesas. Estado frente a Estado. Para Setién, dolor de ETA es tanto el que la banda terrorista ha hecho y hace padecer a tantas víctimas inocentes como el que los terroristas han padecido y padecen, a través de los GAL, la tortura policial, el encarcelamiento y la dispersión, todo en el mismo saco, en el mismo zulo, en la misma trinchera. Identificación de victimas y verdugos. Doctrina Setien. Con razón,su libro que ha publicado se titula un Obispo vasco ante ETA, y no contra ETA. La equidistancia tiene su sutileza, su diplomacia ambigua, su palabra calculada en frío. Su media verdad y su media mentira. Su discurso de rompe y rasga.
Setién es rehen del discurso nacionalista al uso. Habla de estados enfrentados, de conflictos, de enemigos, de violencia reciprocamente alimentada. Se sitúa fuera del ámbito de los españoles que sólo queremos que la ley se cumpla y se repete, y que nos cobijamos bajo el paraguas del ordenamiento jurídico de un Estado de Derecho. Los españoles que no alimentamos conflicto alguno, ni albergamos animadversión alguna. Los españoles que anhelamos la paz, pero no a cualquier pisoteo. La paz es consecuencia de la justicia, no una estadística de compensaciones.
En un momento de la entrevista, Gabilondo le preguntó al Obispo si se arrepentía de no haberse mostrado más cálido con las victimas de ETA. Y la respuesta del Obispo Setién, contenía, en mi opinión, implicitamente un Sí. Siempre, en la línea del bien, se pueden dar más pasos hacia adelante, dijo el Obispo. Y yo quise entender que apoyar a las victimas es hacer el bien, y que el Obispo se arrepentía de haberse quedado corto en este aspecto. Añadió más: que se tuviera en cuenta cuáles fueron las razones por las que" él no ha "aparecido más cálido" ante ellas.
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