La Xunta de Galicia muestra al español como un idioma opresor
Por Jesús Salamanca
El anuncio de las Galescolas que acaba de sacar la Xunta muestra a los `galegofalantes´ como víctimas de la opresión del castellano. Aunque en Galicia siempre ha existido un bilingüísmo pacífico, la Xunta pinta un paisaje donde gracias a sus galescolas los gallegos tienen mayor libertad y autonomía.
La primera imagen, en sepia para recordar al franquismo y la vetustez de los opresores de antaño, es la de un hombre mayor regañando a los niños por hablar el idioma `paleto´. El castellano, nos da a entender la Vicepresidencia que coordina el nacionalista Anxo Quintana, es un idioma opresor hablado por déspotas que no permitían hablar en gallego. Ahora, con las Galescolas y sus mandilones se respira “libertad e igualdad”.
Imposicíón del gallego
La red de Galescolas que impulsó el BNG sin reparar en gastos forma parte de un plan de choque para imponer el gallego en el educación. Al igual que la Rusia de los Soviets, la Xunta ha llegado al extremo de contratar personal para establecer controles sobre los profesores que enseñen en castellano materias que deberían ser inculcadas en gallego.
Así lo establece el Artículo 17 del Decreto que aprobó Educación en el que habla de “equipos de normalización lingüísticas” en sintonía con el Artículo 20 que habla de “servicios de inspección”. Es evidente que la Xunta no está interpretando bien la Carta Europea para las Lenguas Minoritarias y Regionales ya que supone que todas las familias gallegohablantes van a preferir una inmersión lingüística al gallego en la enseñanza, lo cual es desmentido por los indicadores sociológicos de la comunidad que datan que el uso de gallego continúa, a pesar de todas las campañas y los millones de euros invertidos en su promoción, en franco retroceso.
Jesús Salamanca
La primera imagen, en sepia para recordar al franquismo y la vetustez de los opresores de antaño, es la de un hombre mayor regañando a los niños por hablar el idioma `paleto´. El castellano, nos da a entender la Vicepresidencia que coordina el nacionalista Anxo Quintana, es un idioma opresor hablado por déspotas que no permitían hablar en gallego. Ahora, con las Galescolas y sus mandilones se respira “libertad e igualdad”.
Imposicíón del gallego
La red de Galescolas que impulsó el BNG sin reparar en gastos forma parte de un plan de choque para imponer el gallego en el educación. Al igual que la Rusia de los Soviets, la Xunta ha llegado al extremo de contratar personal para establecer controles sobre los profesores que enseñen en castellano materias que deberían ser inculcadas en gallego.
Así lo establece el Artículo 17 del Decreto que aprobó Educación en el que habla de “equipos de normalización lingüísticas” en sintonía con el Artículo 20 que habla de “servicios de inspección”. Es evidente que la Xunta no está interpretando bien la Carta Europea para las Lenguas Minoritarias y Regionales ya que supone que todas las familias gallegohablantes van a preferir una inmersión lingüística al gallego en la enseñanza, lo cual es desmentido por los indicadores sociológicos de la comunidad que datan que el uso de gallego continúa, a pesar de todas las campañas y los millones de euros invertidos en su promoción, en franco retroceso.
Jesús Salamanca
FUENTE: Periodista Digital
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