Otro héroe
Por Antonio Jaumandreu
El señor López Tena, desde la rancia catalanidad de sus dos apellidos, hace día sí, día también, proclamas de separatismo a las cuales, como cualquier ciudadano, tiene perfecto derecho.Más aún tratándose como se trata de un militante, imagino, de alguno de los múltiples partidos nacionalistas que desde hace treinta años parasitan a la pobre Cataluña en el más puro estilo Alien. En cualquier caso, militante o no, está apadrinado por CiU en su actual puesto. Ya saben, CiU, esos nacionalistas moderados que se desviven por garantizar la gobernabilidad de España desde los tiempos del gran estadista Pujol…
Últimamente López Tena ha hablado de un supuesto genocidio que España está cometiendo contra Cataluña, de que “mientras los españoles sean como son” la vía más fácil es la independencia, de que los catalanes están sometidos a un “proceso de discriminació n, exclusión y subordinación” , y ha denunciado “la decadencia que genera la subordinación de Cataluña al Estado español”. Genial. Conste que la cita viene esta vez de un medio progresista, vamos, qué digo, del más progresista de todos: el digital que dirige el irascible Enric Sopena. Que no quepan dudas de que las declaraciones hayan sido manipuladas por la siempre mendaz derechona.
A mí lo que me choca es que todo esto no le produzca la menor contradicción ética con el hecho de que, según los presupuestos del Estado para 2007, el cargo de vocal del Consejo General del Poder Judicial esté remunerado con la bonita cifra de 121.088,94 euros. Cabe incluso que por residir fuera de la capital (imagino que su sensibilidad no resistiría habitar en el corazón de la bestia opresora) le correspondan algún tipo de dietas o complementos. Con toda seguridad, el hecho de cobrar en euros y ya no en pesetas hace menos doloroso el sacrificio. Aún así, a mí me resultaría difícil aceptar un salario, incluso uno tan modesto como ése, del opresor, del genocida, del discriminador.
Probablemente la explicación sea sencilla: debe ser uno de aquellos héroes que trabaja desde dentro del sistema para destruirlo. Como las termitas. Con grave riesgo de su vida, claro está; a la vista está la discreción con que ha de desenvolverse en sus declaraciones. Que el Estado opresor no se anda con chiquitas, y prueba de ello es la evidente intención de soborno que encierra esa retribución. Pero pierdan cuidado: a un héroe no se le compra con dinero. Animo, López. Es usted la prueba viviente de que el sistema constitucional español tiene los días contados: que pueda acoger en sus más altos órganos de decisión a personas cuyo objetivo confeso es cargárselo. Y que nadie rechiste.
Los árboles y el bosque
Últimamente López Tena ha hablado de un supuesto genocidio que España está cometiendo contra Cataluña, de que “mientras los españoles sean como son” la vía más fácil es la independencia, de que los catalanes están sometidos a un “proceso de discriminació n, exclusión y subordinación” , y ha denunciado “la decadencia que genera la subordinación de Cataluña al Estado español”. Genial. Conste que la cita viene esta vez de un medio progresista, vamos, qué digo, del más progresista de todos: el digital que dirige el irascible Enric Sopena. Que no quepan dudas de que las declaraciones hayan sido manipuladas por la siempre mendaz derechona.
A mí lo que me choca es que todo esto no le produzca la menor contradicción ética con el hecho de que, según los presupuestos del Estado para 2007, el cargo de vocal del Consejo General del Poder Judicial esté remunerado con la bonita cifra de 121.088,94 euros. Cabe incluso que por residir fuera de la capital (imagino que su sensibilidad no resistiría habitar en el corazón de la bestia opresora) le correspondan algún tipo de dietas o complementos. Con toda seguridad, el hecho de cobrar en euros y ya no en pesetas hace menos doloroso el sacrificio. Aún así, a mí me resultaría difícil aceptar un salario, incluso uno tan modesto como ése, del opresor, del genocida, del discriminador.
Probablemente la explicación sea sencilla: debe ser uno de aquellos héroes que trabaja desde dentro del sistema para destruirlo. Como las termitas. Con grave riesgo de su vida, claro está; a la vista está la discreción con que ha de desenvolverse en sus declaraciones. Que el Estado opresor no se anda con chiquitas, y prueba de ello es la evidente intención de soborno que encierra esa retribución. Pero pierdan cuidado: a un héroe no se le compra con dinero. Animo, López. Es usted la prueba viviente de que el sistema constitucional español tiene los días contados: que pueda acoger en sus más altos órganos de decisión a personas cuyo objetivo confeso es cargárselo. Y que nadie rechiste.
Los árboles y el bosque
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