Desde mi trinchera liberal: El calentamiento global
Cuenta el doctor David Deming, de la Universidad de Oklahoma, ly crítico con la versión del calentamiento global que nos quieren imponer como oficial, la siguiente entrevista que mantuvo con un periodista de la revista Science:
¿Quiere usted decir que el calentamiento climático experimentado en Norteamérica pudo haber sido debido a causas naturales? - Preguntó el periodista.
Sí- Contestó el Doctor Deming.
Bien. En ese caso me temo que no tenemos reportaje. La gente sólo quiere saber si el calentamiento ha sido causado por la actividad humana. Adios. Concluyó el periodista.
Poco tiempo antes a esta entrevista, Deming había publicado un artículo en Science que finalizaba con la siguiente afirmación:
" la relación entre causa y efecto y las actividades del hombre y el calentamiento climático no pueden demostrarse más que de forma ambigua en la actualidad".
Existe una tendencia del ecologismo, o, más bien, de un ecologismo subvencionado que disfraza ideologías políticas radicales, que consiste en mantener una excesiva criminalización del hombre por su supuesta agresión al medio ambiente. Es un pretexto para seguir haciendo rodar en la historia la dialéctica anti-sistema. El Tratado de Kyoto, por ejemplo, tuvo como diana principal a Estados Unidos, planteando a este país unas exigencias directamente inasumibles El tratado, en gran medida, fue inspirado por un sentimiento anti-americano.
En realidad, donde menos quieren centrar el debate este tipo de ecologistas es en el carácter científico de sus afirmaciones. Prefieren ubicarlo en el marketing ideológico, en la leyenda mediática y en el catastrofismo a largo plazo. Nada atenaza más a las conciencias que el miedo al futuro. Planteando alarmismos injustificados, de dudosa base científica, consiguen dos objetivos inmediatos: dinero y control social. La ventaja de jugar con el miedo humano es precisamente que toca fibras irracionales en detrimento de las comprobaciones científicas. Crear el miedo es cuestión de marketing. El pánico es la mejor forma de mantener prieto el rebaño.
La meterología no es una ciencia exacta. No sabemos si mañana tendremos que coger el paraguas o no y sin embargo, pretenden establecer un pronóstico de dramático escenario a cien años vista.
La inflación de catastrofismo no es algo nuevo en la historia de la Ciencia. Por ejemplo, hace 30 años, y en plena resurrección interesada de las teorías malthusinas de superpoblación, un eminente biólogo, Paul Ehrlich, profetizó que iban a morir millones de norteamericanos de hambre por la inexistencia de recursos debido a la superpoblación. Hoy en día, los americanos, como los ciudadanos de cualquier sociedad opulenta, mueren de obesidad o anorexia. Pero, ciertamente, no de falta de alimentos.
Lo que en realidad se está calentando es, pues, la retórica, más que el planeta. Hoy en día, cualquier desastre natural tiene su origen, para estos ecologistas, en el calentamiento global, así como cualquier anomalía climática. Y es un mensaje que va calando. Pero, ¿Cuál es la base científica entre calentamiento global y acción humana? Lo dejaremos para otra ocasión. Por el momento, baste con señalar que gran parte de esta teoría ecologista tiene su origen en el informe del "Bastón de Hockey", publicado en 1998 por el climatólogo Michael Mann. Un informe que hoy carece de cualquier validez científica. Ahora, es el turno de los políticos oportunistas tipo Al Gore. La ciencia está de funeral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario