Blowin' in the Wind
Por Inmaculada Sánchez Ramos
Recientemente, ha sido galardonado Bob Dylan con el premio Príncipe de Asturias de las Artes 2007 y, naturalmente, a muchas personas nos vino a la memoria, no sin cierta nostalgia, la celebérrima canción titulada Blowin' in the Wind.
Si bien, no comparto todo el contenido de su letra e incluso gran parte de la misma, sí reconozco que me interrogaba y me interpelaba. Es un verdadero himno que congrega y conmueve, con una música que llega a lo profundo de nuestro ser.
Estos días, al volver a oír esta música mi mente se fija de modo constante en la misma idea, en la misma frase, en la misma pregunta, en la que, a mi entender, es la esencia del himno, la que arrastra, la que hace a la canción atemporal y universal. Esa pregunta que machaca de continuo la conciencia de muchos, que se instala y no sale, que insta a rebelarse, a ponerse en acción y no es otra que la de ¿Cuántas veces puede un hombre volver la cabeza fingiendo no ver?. Y esto, precisamente, esto lo que muchos, nos preguntamos, en España.
Hoy, cuando ETA entra, literalmente, en los ayuntamientos, proporcionándole, el mismo Estado, apoyo y medios económicos; cuando se tiene que conmemorar, a hurtadillas y por la puerta de atrás, el décimo aniversario del asesinato por los terroristas de Miguel Ángel Blanco; cuando la madre de Sandra Palo, niña deficiente, violada, brutalmente torturada y al final quemada viva, se ve ninguneada por los poderes públicos; cuando el mismo Estado chantajea a los padres que quieren evitar el adoctrinamiento de sus hijos; cuando se espía a un ciudadano libre por ser el presidente de la mayor eléctrica española, hoy, en estas circunstancias, nos preguntamos ¿Cuántas veces puede un hombre volver la cabeza fingiendo no ver?.
Pues señores, ya lo saben, la respuesta el mismo Dylan nos la dio. La respuesta está soplando en el viento, para ello sólo hace falta que la Sociedad Civil quiera asumirla.
Si bien, no comparto todo el contenido de su letra e incluso gran parte de la misma, sí reconozco que me interrogaba y me interpelaba. Es un verdadero himno que congrega y conmueve, con una música que llega a lo profundo de nuestro ser.
Estos días, al volver a oír esta música mi mente se fija de modo constante en la misma idea, en la misma frase, en la misma pregunta, en la que, a mi entender, es la esencia del himno, la que arrastra, la que hace a la canción atemporal y universal. Esa pregunta que machaca de continuo la conciencia de muchos, que se instala y no sale, que insta a rebelarse, a ponerse en acción y no es otra que la de ¿Cuántas veces puede un hombre volver la cabeza fingiendo no ver?. Y esto, precisamente, esto lo que muchos, nos preguntamos, en España.
Hoy, cuando ETA entra, literalmente, en los ayuntamientos, proporcionándole, el mismo Estado, apoyo y medios económicos; cuando se tiene que conmemorar, a hurtadillas y por la puerta de atrás, el décimo aniversario del asesinato por los terroristas de Miguel Ángel Blanco; cuando la madre de Sandra Palo, niña deficiente, violada, brutalmente torturada y al final quemada viva, se ve ninguneada por los poderes públicos; cuando el mismo Estado chantajea a los padres que quieren evitar el adoctrinamiento de sus hijos; cuando se espía a un ciudadano libre por ser el presidente de la mayor eléctrica española, hoy, en estas circunstancias, nos preguntamos ¿Cuántas veces puede un hombre volver la cabeza fingiendo no ver?.
Pues señores, ya lo saben, la respuesta el mismo Dylan nos la dio. La respuesta está soplando en el viento, para ello sólo hace falta que la Sociedad Civil quiera asumirla.
Versión Joan Baez
Desde la Libertad
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