domingo, marzo 04, 2007

El sustituto de la Vida en la política de Zapatero

Nunca es bueno el sucedaneo, yo no quiero achicoria sino café, y si un cigarrillo, aunque ahora esté vetado, de auténtico tabaco. La leche con nata y la cerveza con alcohol. Lo demás es un engaño.
Y así nos ha salido un profeta de nuevos tiempos más ecológicos y saludables que no hace mas que sustituir lo natural por sucedaneos.
Al amor de Dios que llena de afectos, buenos deseos y generosidad el alma, lo ha reemplazado por el agónico esfuerzo de salvar la tierra. Ojo, ya ni la "humanidad" le interesa. Son los pedruscos de Arizona o las arenas del desierto o el coala o el mandril. Pero los hombres y Dios han pasado al saco de los enemigos. De Dios no se hablará en las escuelas y de la humanidad la mitad sobra.
Al amor de padre, esposo o hijo, o bien de madre, esposa o hija, ha pasado al placer sensual con la pareja. Los hijos o los padres un estorbo o necesario o prescindible. Sucedaneo de amor es el amorío del "me gustas o me apeteces".
Y por no citar lo más reciente. La paz es el fruto del recto orden de la justicia. Ha sido rebajada a una versión suave y populera de la ausencia de violencia. Y así, cediendo y sin fortaleza alcanza la paz del camposanto. Todos sin agallas y sin fortaleza cediendo en todo y siendo los siervos de los maleantes. Zapatero ha cambiado incluso el concepto nietziano del fuerte para adoptar el ser un sujeto "alienado, pero sin Dios, sin fortaleza, sin amor, sin nada..." La vaciedad del ser.
Y así no hay ni virtudes que son como la chispa de la vida, ni hay amores que son las metas de una vida de éxito total, ni hay esfuerzos que son el signo del triunfo en la labor de cambiar el mundo.
Es tronco llevado por la corriente que cree que progresa cuando es el río el que le lleva cuesta abajo. Y dice "nos movemos", el paisaje cambia. Realmente "le mueven", el río baja.

frid

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