martes, febrero 06, 2007

Les molesta el himno nacional

Vaya por Dios. Y las banderas rojigualdas. Qué problema. Un gobierno al que le molesta que los ciudadanos que se manifiestan libremente enarbolen la bandera del país y entonen su himno. Aunque quizá lo que le molesta sea precisamente eso, que se manifiesten libremente. Ahora sí empiezo a pensar que este gobierno puede estar enfilando la puerta de corrales, devuelto por la afición al lugar del que probablemente nunca debió salir. Pierden facultades por momentos, y por primera vez están a la defensiva. Eso se nota en que están empezando a ceder amplios espacios del terreno de juego al rival. Este último es un boquete inmenso, un pasillo enorme por el que llegar hasta la mismísima portería. Que todo un portavoz del Partido Socialista sea tan inepto como para entregar en bandeja la exclusividad de los símbolos nacionales a la oposición demuestra que empiezan a perder los papeles.

Y demuestra, dicho sea de paso, una irresponsable capacidad de dividir a la sociedad. Cualquiera con dos dedos de frente se hubiera dado hoy un baño de banderas rojigualdas para demostrar que no son patrimonio de la oposición, pero estos insensatos prefieren jugar incluso con eso, permitiendo que los más sectarios de sus seguidores identifiquen a partir de ahora los símbolos de España con los de la odiada derecha. Nada nuevo, por otra parte.

El gobierno tiene un problema: la oposición ya no es el PP. La oposición son ya los ciudadanos libres de España, que incluso han perdido el miedo a algo “tan osado” como hacer sonar el himno nacional y ondear sus banderas en las manifestaciones contra los propósitos del gobierno. Es un buen primer paso, que por otra parte demuestra a qué grado de papanatismo colectivo habíamos llegado. Nunca es tarde para rectificar. Que busquen ellos sus banderas y sus himnos, que nosotros ya tenemos los nuestros.

Germont

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