miércoles, febrero 07, 2007

La consigna


“Si el Tribunal Constitucional tumba el estatuto de Cataluña, es la Constitución la que tiene el problema”. Esta es la consigna que los portavoces mediáticos del nacionalismo comienzan a extender como un reguero de pólvora. En otra versión: “si la voluntad popular expresada por el pueblo de Cataluña no encaja en la Constitución, que se modifique ésta, y no la voluntad del pueblo”.

Pues no, miren. El tema no es un choque entre la voluntad del pueblo catalán y la Constitución. La cuestión es que un parlamento autonómico se lanza a la modificación de un estatuto de autonomía que no deja ni los cimientos del anterior; que un presidente del gobierno de España anuncia imprudentemente que aceptará (como si de él dependiese en exclusiva) cualquier cosa que le venga del parlamento catalán; que por primera vez en la historia un estatuto, y además de dudosa constitucionalidad, se aprueba contra la voluntad del principal partido de la oposición; que pese a la anunciadísima voluntad de ese partido que representa casi a la mitad del electorado de plantear recurso de inconstitucionalidad, el gobierno catalán se apresura a someter el texto a referéndum; que el texto tiene unos 250 artículos y decenas de disposiciones adicionales y transitorias que lo hacen de casi imposible lectura para cualquier ciudadano normal; que mientras toda la clase política se masturbaba colectivamente con la inclusión del término nación, las encuestas desvelaban que el tema interesaba al 5 % del electorado; que finalmente el referéndum arrojó una mayoría a favor del sí muy por debajo de la que aprobó el anterior estatuto, y con el peor dato de participación de la historia.

1 comentario:

William Manney dijo...

Es desastroso, van contra viento y marea, y lo peor es que me temo, quizá más por asqueamiento que por pesimismo, que finalmente se saldrán con la suya.

Los catalanes no nacionalistas están cansados y ese su peor mal. La dejadez los sepultará a todos bajo el manto del manifiesto. Así que si ahora les parece que les gobiernan unos incompetentes, es cuestión de tiempo que terminen por irse del ridículo e inventado Reino Catalán.

Sufro por ellos, mucho...

Saludos Cordiales!