martes, agosto 01, 2006

Take it easy

El PP ha presentado recurso de inconstitucionalidad contra la reforma del Estatuto de Cataluña. Por lo que he leído, aprecia incompatibilidad con la Constitución en centenar y pico de artículos. El coro de plañideras no se ha hecho esperar. Nacionalistas y socialistas se rasgan las vestiduras ante el atrevimiento de los conservadores y se apresuran a señalar su talante antidemocrático y, por supuesto, anticatalán.

Bien haría el PP en no entrar en guerra de descalificaciones sobre este tema. Calma, ante todo mucha calma, y después desdramatización. No pasa nada, absolutamente nada. Procede en este caso huir de la crispación, que es lo que reprochan siempre los periodistas y políticos de guardia al partido de la derecha. Es muy simple: el PP considera que el estatuto es inconstitucional, y el gobierno y los nacionalistas que no lo es. Nada más lógico que acudir al árbitro para que decida, y aquí paz y después gloria. Repitan conmigo: normalidad democrática. Demostraría sabiduría y astucia la derecha si enfriase el debate en estos términos, sin moverse ni un milímetro de ese argumento.

O tal vez añadiendo otro complementario: imprudente ha sido quien convocó, apoyó y estimuló un referéndum sobre un texto cuya constitucionalidad discutía casi el 50 % de la representación parlamentaria. Muy imprudente, porque si ahora el TC dictaminase la inconstitucionalidad de parte del estatuto, ¿en qué situación nos vemos? Pues justamente en la que encanta a los nacionalistas: ‘¡el Estado español contra la voluntad del pueblo catalán!’. Bien, en realidad, contra la voluntad de un exiguo treinta y tantos por ciento del electorado, pero ya se sabe que los nacionalistas no reparan en sutilezas.

Así que, en el improbable caso de que el PP aceptase consejos, se los daría en inglés, para ver si sus avezados asesores de imagen lo entienden mejor: take it easy.




Germont

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