lunes, julio 31, 2006

Carne de cañón

Una vez más, el contribuyente es carne de cañón de la incompetencia y de las rencillas políticas. Las pistas del segundo aeropuerto de España son asaltadas por unas decenas de irresponsables trabajadores que toman como rehenes a miles de pasajeros y que extienden el caos por todo el espacio aéreo español, afectando a cientos de miles de usuarios. No pasa nada: no hay autoridad capaz de hacerse respetar. Por el contrario, los políticos se lanzan como buitres sobre la carroña, unos para salvar la cara y otros para ponerse al frente de la manifestación y sacar rédito electoral si es posible.

A los nacionalistas les ha faltado tiempo para clamar que, por supuesto, si la gestión del aeropuerto hubiese sido cedida a la Generalitat, esto no hubiera pasado. Los sindicatos defienden la justicia de las reivindicaciones de los huelguistas, y admiten tan solo a regañadientes que tal vez se excedieron un poco. Pero por supuesto que no los condenan, no sea que pierdan “cuota de mercado” ante tal muestra de debilidad. Y el gobierno, azuzado por la prensa y una opinión pública que clama por una respuesta contundente, reacciona con prontitud y anuncia que sancionará con dureza... ¡a la empresa!, es decir, a la destinataria de la presión huelguista. Así cubre el expediente ante esta sociedad que, ante cualquier eventualidad, se revuelve siempre contra los mismos. Síntoma paradigmático de esta filosofía es lo que pregonaba en los telediarios un usuario airado: “¡las vacaciones no son solo para los millonarios, son un derecho de todos los seres humanos!”

Eso sí: aun no han encontrado la fórmula para cargarle el muerto al PP, aunque apuesto doble contra sencillo a que en algún momento alguien se referirá a alguna inversión que Alvarez Cascos debió hacer y acabó desviada, como siempre, a Madrid. Al tiempo.


Germont

No hay comentarios: