viernes, noviembre 25, 2005

Descorcha como puedas

El dueño de Freixenet, Sr. Bonet, es decididamente tonto. No se me ocurre mejor calificativo. Es el único empresario que conseguirá el descacharrante mérito de ser boicoteado por todos los flancos del espectro político. Pero claro, es que hay tontos, como diría Antonio Burgos, con balcones a la calle, y éste es uno de ellos.

Resulta que primero va y firma la famosa carta de los prohombres de la patria catalana, animando en su habitual estilo melifluo al Molt Honorable Maragall a sacar adelante el estatuto. Sí, hombre, aquella carta que luego algunos, entre ellos el tal Bonet, se apresuraron a decir que habían suscrito porque se les pidió como favor personal.

Luego, cuando el boicot empieza a arreciar, va y dice que él es un empresario catalán que vende vinos españoles. Y cuando Rajoy se acerca por estas tierras para escenificar su rechazo al boicot, Bonet corre a hacerse la foto con él. Craso error, Bonet: el implacable Bargalló, nada menos que el equivalente a nuestro primer ministro, sale ayer en la tele y cita con nombre y apellidos a Bonet para reprocharle que pretenda convertir el cava en español, y mandándole el mensaje clarísimo de que ahora no se queje. Vamos, que en los lotes de la Generalitat de este año no abundará el Freixenet.

Bonet, catalán ejemplar: no se puede estar en misa y repicando, no se puede nadar y guardar la ropa eternamente. Cuando falta el coraje de llamar a las cosas por su nombre, de negarse a firmar una carta absurda, o por el contrario de arrostrar las consecuencias del apoyo al estatuto hasta sus últimos efectos, pues pasa lo que pasa. ¿Quién le manda a un fabricante de burbujas meterse en política? Pues lo dicho, Bonet: que lo descorches a gusto.


Germont

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