No hablemos de la crisis; es buen consejo: ¿sí o no?

Hoy Frances-Marc Álvaro nos dice en la Vanguardia que..."La realidad se está poniendo tan intratable que las noticias aburren aunque, a la vez, indignan. Entonces, el personal hace lo que siempre ha hecho el ser humano cuando pintan bastos: evadirse un rato, si es , si es que puede."
A estos efectos Bastiat nos dice:

Eso lo oigo todos los días a mi alrededor.

Todos los días y sin embargo oigo también muchas voces diciendo... “¡Estos, estos lo van a arreglar. ¿Ves como no.?!!!

¿A arreglar qué? ¿Qué sigamos consumiendo a crédito? ¿Médico gratis aunque con un servicio pésimo? ¿Colegio gratis aunque un sistema educativo lamentable? ¿Que sigamos disfrutando de “derechos” cuando esos derechos o son ilusorios o son simplemente privilegios de unos contra otros?

¿Eso es lo que queremos?

Y yo les contesto. ¿Son iguales? ¿Y por qué confiáis en los políticos? ¿Por qué creéis en sus promesas? Porqué pensáis que os van a solucionar la vida?

No Tíos. El estado, a diferencia de Dios.... no proveerá. NO.

El estado consume y te consume. Consume tus recursos, la riqueza que generas para dársela, para que la roben aquellos que te han regalado los oídos y tu has creído en ellos. Y te consume a ti, porque piensas que estás en buenas manos y te relajas. Piensas que estás seguro, que si te pasa algo alguien vendrá a solucionarte el problema. Que si estás en el paro... el Estado paga. Y no.

El estado consume el espíritu de superación. Consume la iniciativa, consume la honestidad. Si, la honestidad. Porque aquí se lucha por hacer realidad ese dicho tan español de que “aquel que a buen árbol se arrima buena sobra le cobija.... “ y eso en el Estado se da. Y mucho. Y en esta país.... demasiado.

Todos envidiamos a los funcionarios, y de ahí las críticas. Que si no trabajan, que si cobran demasiado, que si son muchos... Pero la inmensa mayoría quisiera ser funcionario. No hay más que ver las solicitudes que se presentan a cualquier oposición de cualquier organismo público.

El Estado nos consume y aún así queremos seguir dependiendo de él. ¡Maldita droga!"

Bastiat

Saumen por la recopilación