Dalai lehendakari o el síndrome de Ajuria Enea
Mucho se habla del síndrome de La Moncloa pero se nos olvida que ese síndrome puede aparecer en otros ámbitos. Así, si consideramos que el Lehendakari Ibarretxe lleva ya más de nueve años en el cargo creo que está justificado pensar que el síndrome de Ajuria Enea está ya haciendo estragos en JJ Ibarretxe. Los primeras manifestaciones llegaron pronto. Presentar el Plan Ibarretxe fue ya un indicio de que algo no iba bien. Pero dada la especial idiosincrasia de la política vasca, caracterizada por una muy baja presencia de los elementos racionales ante la dominación de los elementos emocionales, esa idea trasnochada podía ser entendida como una más de las manifestaciones del post-aranismo peneuvista. Pero visto ahora en perspectiva la cosa era peor.
A lo largo de estos años las declaraciones peculiares de JJ Ibarretxe han ido en aumento. Sin embargo, su comparación del País Vasco con el Tíbet suponen una clara manifestación de la extrema virulencia del síndrome de Ajuria Enea. Decir que Euskadi respeta a España como el Tíbet respeta China y que no entiende el miedo de los pueblos grandes (China y España) hacia pueblos pequeños (Tíbet y País Vasco). La comparación entre China y España es digna de estudio psiquiátrico. Y pretender que la región con mayor autonomía de Europa respecto al Estado es igual al Tíbet es algo que escapa a todo análisis racional.
Llegados a este punto se recomienda que el afectado (JJ Ibarretxe) deje el cargo, haga un largo viaje por el Mediterráneo y siga allende el canal de Suez hasta que llegue el día en que se escandalice a sí mismo de sus propias declaraciones. Sin embargo, el síndrome ha penetrado ya con fuerza en sus estructuras mentales. Es posible que no exista recuperación.
Pretende hacer un análisis político de las últimas declaraciones de JJ Ibarretxe es un esfuerzo estéril. Sus palabras solo pueden ser leídas en el contexto de un severo trastorno emocional fruto de nueve años ejerciendo el poder, alejándose de la realidad cada día más.
Lo triste, sin embargo, no es eso. Lo realmente dramático es que ni él ni su entorno ni sus seguidores son conscientes de ello. Es tan raro y el espeso el ambiente que ya no es posible distinguir lo sano de lo perturbado.
Solo algunas voces solitarias, como Rosa Díez ayer, se atreven a romper la niebla que les envuelve. Duro camino nos espera. Ya no es trabajo de una generación. LOGSEs y delirios programáticos de bizarras consejerías de educación autonómicas han hecho esteril el único campo que debe ser preservado, el del espíritu crítico.
dosmildoce.wordpress.com
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