martes, febrero 05, 2008

Pernando "petit point" Barrena

Por Germont

Dicen que los grupos terroristas pueden darse por acabados cuando empiezan a despertar hilaridad y ser objeto de mofas. Si es así, ETA puede considerarse extinguida desde que la policía confiscó, imagino que entre el general cachondeo, un primoroso cuadrito con el anagrama de la banda bordado en petit point.

En los anales del terrorismo figurará ya para los restos, junto a Chacal, Tirofijo, Abu Nidal o el comandante Marcos, el nombre inmarcesible de Pernando “petit point” Barrena, el terrible líder terrorista que maquinaba la secesión violenta de Euskadi mientras tricotaba pulcramente el hacha y la serpiente al amor de la lumbre, probablemente en una mecedora o una mesa camilla, no sé si también confiscadas.

Ya imagino la escena en el tribunal: “Señoría, la fiscalía presenta como elemento probatorio número uno la recreación en esmerado petit point de los símbolos de ETA”. Visualizo también el resto de la casa de Pernando, ese hombretón al que César Vidal describe siempre como penomenal y pantástico: el tapete que cubre el televisor, también manufacturado por el detenido, lucirá probablemente una ikurriña, y sobre él habrá, en lugar de la bailaora flamenca propia de los maketos, un aizkolari de barro en actitud de desmenuzar un tronco. Y sobre la chimenea una foto de Carod Rovira enmarcada en símil rústico con la leyenda “recuerdo de Perpignan”. Entrañable.

Eso sí, no bajemos la guardia porque puede que todo responda a una maniobra de Zapatero, puesto que ¿cabe mejor demostración de que son gentes de paz, como no hace mucho afirmaba el presidente? ¿Puede alguien tan sensible y cursi ser un líder terrorista?


Germont

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