Despreciable vasallaje a ETA
Por Jesús Salamanca
Con la actuación del Gobierno Rodríguez a favor de ETA, se ha llegado a una división social sin precedentes. Jueces contra fiscales y viceversa, fiscales contra fiscales, ciudadanos contra fiscales, además de ciudadanos contra ciudadanos. Ha sido la burda contribución del partido socialista español -- que no obrero, ni de lejos -- al Estado de Derecho. Una contribución ruin y esperpéntica, fascista y retrógrada, interesada, odiosa y dañina. Falta de ética y moral. Pero tal actitud no debe extrañarnos; al fin y al cabo, el socialismo siempre acabó matando a su hermanastra, la libertad.
ETA y la siniestra abertzale han logrado parte de sus objetivos. Hoy ETA está más fuerte que nunca, diga lo que diga el Gobierno y su ministro de Interior. La división favorece a los violentos. El mundo abertzale ha ganado en seguridad y en capacidad de acción, gracias a la ignorancia del presidente Rodríguez y al mal asesoramiento recibido de Eguiguren y Moscoso, quienes han contraído una deuda permanente con la sociedad española, que difícilmente acabarán de pagar en muchos años. Pero lo más duro es comprobar cómo Zapatero ha prestado vasallaje a ETA y ésta aún no le ha manumitido.
Rodríguez recogió, acarició y protegió a la ‘serpiente’ y, cuando ésta se sintió fuerte, atrapó a su protector. Al presidente del Gobierno hay que recordarle que “el flirteo – en palabras de Catherine Deneuve – es como una pastilla: nadie puede predecir exactamente los efectos secundarios”. En estas fechas, aprovechando la cercanía de las elecciones generales, desde el Gobierno se ha pretendido ofrecer una postura cada vez más incomprensible: nadie entiende que quienes eran “hombres de paz” hayan pasado a la cárcel, ni el protegido multiasesino sea simplemente un preso más, después haber flirteado con el Gobierno y ‘acogotado’ al mismo.
Hasta el ahora presidiario, Pernando Barrena, ha hablado en nombre de esa ‘serpiente’ que protegió el presidente Rodríguez, confirmando cada uno de los objetivos pendientes; incluso, ha ido más lejos: “La izquierda abertzale va a volver a las instituciones”. De momento está en ellas, gracias al presidente Rodríguez, y a la dejadez del fiscal general del Estado, con diversas y sospechosas colaboraciones. Hace uso de los dineros públicos y, por tanto, es evidente que la Hacienda Pública contribuye al mantenimiento de ETA.
Se ponga como se ponga Rodríguez, y mienta cuanto desee, esa es su ruin contribución a la democracia: haber resucitado a ETA, aportar seguridad a la banda asesina e imagen para su internacionalización. Gracias al apoyo del Gobierno español, ETA y Batasuna han llegado al parlamento europeo como si fueran entidades benéficas en demanda de ayudas para misiones internacionales. Tuvieron que pasar cuatro meses para que decenas de eurodiputados supieran que había cometido un error de bulto y que ETA estaba entre las entidades terroristas más buscadas de todo el mundo. Conozco de primera mano que algunos de esos eurodipuados hacen la política del avestruz cada vez que se lo recuerdan.
Alguien debería explicar al presidente Rodríguez que la hipócrita actitud de su Gobierno es una tremenda necedad. Y ésta, aunque sea negada por millones de bocas, no deja de ser una necedad. Estamos ante un desafío al Estado. El Gobierno de Rodríguez no ha dado de si como tal. La convocatoria de elecciones generales debió hacerse hace un año, tras la reiterada mentira de su papel con ETA. El Gobierno se ha besado con ETA, se ha encamado, han hecho manitas y ahora nos quiere tomar el pelo a los españoles diciendo que entre ellos no ha habido más que una buena amistad. Ha debido de pensar que la ciudadanía es analfabeta por su LOGSE; pero aún quedan cuerdos capaces de acabar con la pesadilla que ha supuesto el peor presidente de la democracia, además de el más ruin, caprichoso y mentiroso.
El presidente ha caído en el descrédito más evidente. Actualmente atesora la mayor desconfianza ciudadana desde los tiempos de la corrupción generalizada de la época de Felipe González y los crímenes de Estado que supusieron los GAL. Malas semanas esperan al presidente, preso de su ignorancia. Sobre todo si ETA decide – que ya lo ha decidido -- hacer públicos los presuntos compromisos ‘firmados’ en nombre del Gobierno. Claro que, los dos supuestos ‘firmantes’ andan desaparecidos y garantizan que el empeño no fue del Ejecutivo, sino un empecinamiento personal del presidente Rodríguez. Y ‘Pepiño’ Blanco, don José, llamando ‘corrutos’ y fascistas’ a cuantos se le acercan por la derecha. Dios los cría y ellos se juntan para crispar, despreciar e insultar al personal.
Jesús Salamanca Alonso
ETA y la siniestra abertzale han logrado parte de sus objetivos. Hoy ETA está más fuerte que nunca, diga lo que diga el Gobierno y su ministro de Interior. La división favorece a los violentos. El mundo abertzale ha ganado en seguridad y en capacidad de acción, gracias a la ignorancia del presidente Rodríguez y al mal asesoramiento recibido de Eguiguren y Moscoso, quienes han contraído una deuda permanente con la sociedad española, que difícilmente acabarán de pagar en muchos años. Pero lo más duro es comprobar cómo Zapatero ha prestado vasallaje a ETA y ésta aún no le ha manumitido.
Rodríguez recogió, acarició y protegió a la ‘serpiente’ y, cuando ésta se sintió fuerte, atrapó a su protector. Al presidente del Gobierno hay que recordarle que “el flirteo – en palabras de Catherine Deneuve – es como una pastilla: nadie puede predecir exactamente los efectos secundarios”. En estas fechas, aprovechando la cercanía de las elecciones generales, desde el Gobierno se ha pretendido ofrecer una postura cada vez más incomprensible: nadie entiende que quienes eran “hombres de paz” hayan pasado a la cárcel, ni el protegido multiasesino sea simplemente un preso más, después haber flirteado con el Gobierno y ‘acogotado’ al mismo.
Hasta el ahora presidiario, Pernando Barrena, ha hablado en nombre de esa ‘serpiente’ que protegió el presidente Rodríguez, confirmando cada uno de los objetivos pendientes; incluso, ha ido más lejos: “La izquierda abertzale va a volver a las instituciones”. De momento está en ellas, gracias al presidente Rodríguez, y a la dejadez del fiscal general del Estado, con diversas y sospechosas colaboraciones. Hace uso de los dineros públicos y, por tanto, es evidente que la Hacienda Pública contribuye al mantenimiento de ETA.
Se ponga como se ponga Rodríguez, y mienta cuanto desee, esa es su ruin contribución a la democracia: haber resucitado a ETA, aportar seguridad a la banda asesina e imagen para su internacionalización. Gracias al apoyo del Gobierno español, ETA y Batasuna han llegado al parlamento europeo como si fueran entidades benéficas en demanda de ayudas para misiones internacionales. Tuvieron que pasar cuatro meses para que decenas de eurodiputados supieran que había cometido un error de bulto y que ETA estaba entre las entidades terroristas más buscadas de todo el mundo. Conozco de primera mano que algunos de esos eurodipuados hacen la política del avestruz cada vez que se lo recuerdan.
Alguien debería explicar al presidente Rodríguez que la hipócrita actitud de su Gobierno es una tremenda necedad. Y ésta, aunque sea negada por millones de bocas, no deja de ser una necedad. Estamos ante un desafío al Estado. El Gobierno de Rodríguez no ha dado de si como tal. La convocatoria de elecciones generales debió hacerse hace un año, tras la reiterada mentira de su papel con ETA. El Gobierno se ha besado con ETA, se ha encamado, han hecho manitas y ahora nos quiere tomar el pelo a los españoles diciendo que entre ellos no ha habido más que una buena amistad. Ha debido de pensar que la ciudadanía es analfabeta por su LOGSE; pero aún quedan cuerdos capaces de acabar con la pesadilla que ha supuesto el peor presidente de la democracia, además de el más ruin, caprichoso y mentiroso.
El presidente ha caído en el descrédito más evidente. Actualmente atesora la mayor desconfianza ciudadana desde los tiempos de la corrupción generalizada de la época de Felipe González y los crímenes de Estado que supusieron los GAL. Malas semanas esperan al presidente, preso de su ignorancia. Sobre todo si ETA decide – que ya lo ha decidido -- hacer públicos los presuntos compromisos ‘firmados’ en nombre del Gobierno. Claro que, los dos supuestos ‘firmantes’ andan desaparecidos y garantizan que el empeño no fue del Ejecutivo, sino un empecinamiento personal del presidente Rodríguez. Y ‘Pepiño’ Blanco, don José, llamando ‘corrutos’ y fascistas’ a cuantos se le acercan por la derecha. Dios los cría y ellos se juntan para crispar, despreciar e insultar al personal.
Jesús Salamanca Alonso
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