¡POR FIN LO HE ENTENDIDO!
Por Reme Falaguera
Había oído decir a muchos amigos míos con hijos con síndrome de Down que un hijo así era una bendición del cielo. Pero, me parecía que sus argumentos eran una respuesta basada en la fe y en la confianza de que todo es para bien.
Sinceramente, creía que esta forma de afrontar la adversidad, solo servia para personas que comparten esa misma fe y esa misma confianza en la providencia.
Pero ayer, leyendo el reportaje del Magazine titulado “Rebeldes contra la adversidad”, me di cuenta de lo equivocada que estaba.
“Es cierto que personas como nuestra hija necesitan ayuda y apoyo, pero lo que ellos enseñan es increíble. Los niños con síndrome de Down nos recuerdan cada día que se puede dar sin esperar nada a cambio” nos dicen Ana Sentmenat y Carlo Bonomi, fundadores de Invest for Children, I4C.
“Después de cuatro años, hemos resuelto que la mejor manera de ayudar a la sociedad a comprender el significado de integración, de aceptar condiciones especiales en los demás, en definitiva de admitir que nosotros, los “normales”, podemos cambiar un poco para devenir mejores personas, es la edición de un libro -“La vida con síndrome de Down”- que nos muestra lo natural y normal que puede llegar a ser la vida de estas personas.”
Gracias a Ana y a Carlo, me he dado cuenta de que mis amigos tenían toda la razón. Y que sus argumentos, como los de Ana y Carlo, son válidos, se comparta o no la fe de los primeros.
“Cuando nació (nuestra hija Alexandra) no nos lo esperábamos; pero, después de llorar y reír, esa misma noche nos pusimos manos a la obra y quisimos descubrir cómo era y qué nos venía a enseñar”
En ambos casos hay momentos de dolor, de desconsuelo y de inseguridad. Pero, el amor paternal- reflejo ineludible del amor que Dios siente por cada uno de sus pequeños- nos hace creativos ante nuestra responsabilidad “para conocernos mejor, comprendernos y aceptarnos tal como somos: personas”
(www.investforchildren.org)
Había oído decir a muchos amigos míos con hijos con síndrome de Down que un hijo así era una bendición del cielo. Pero, me parecía que sus argumentos eran una respuesta basada en la fe y en la confianza de que todo es para bien.
Sinceramente, creía que esta forma de afrontar la adversidad, solo servia para personas que comparten esa misma fe y esa misma confianza en la providencia.
Pero ayer, leyendo el reportaje del Magazine titulado “Rebeldes contra la adversidad”, me di cuenta de lo equivocada que estaba.
“Es cierto que personas como nuestra hija necesitan ayuda y apoyo, pero lo que ellos enseñan es increíble. Los niños con síndrome de Down nos recuerdan cada día que se puede dar sin esperar nada a cambio” nos dicen Ana Sentmenat y Carlo Bonomi, fundadores de Invest for Children, I4C.
“Después de cuatro años, hemos resuelto que la mejor manera de ayudar a la sociedad a comprender el significado de integración, de aceptar condiciones especiales en los demás, en definitiva de admitir que nosotros, los “normales”, podemos cambiar un poco para devenir mejores personas, es la edición de un libro -“La vida con síndrome de Down”- que nos muestra lo natural y normal que puede llegar a ser la vida de estas personas.”
Gracias a Ana y a Carlo, me he dado cuenta de que mis amigos tenían toda la razón. Y que sus argumentos, como los de Ana y Carlo, son válidos, se comparta o no la fe de los primeros.
“Cuando nació (nuestra hija Alexandra) no nos lo esperábamos; pero, después de llorar y reír, esa misma noche nos pusimos manos a la obra y quisimos descubrir cómo era y qué nos venía a enseñar”
En ambos casos hay momentos de dolor, de desconsuelo y de inseguridad. Pero, el amor paternal- reflejo ineludible del amor que Dios siente por cada uno de sus pequeños- nos hace creativos ante nuestra responsabilidad “para conocernos mejor, comprendernos y aceptarnos tal como somos: personas”
(www.investforchildren.org)
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