martes, noviembre 06, 2007

Lección magistral

Por Reme Falaguera

“Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala, decía Ghandhi, es el silencio de la gente buena”

Es verdad que en los últimos tiempos, la bondad interior y las buenas obras son sinónimo de ingenuidad y blandenguería propia de personas bobaliconas. Nada más lejos de la realidad. Dice un pensador espiritual que “cuanto más damos sin esperar recompensa, más recibimos. Es más, si no te das con generosidad, te fabricas una vida amargada, desdichada e infeliz.”

Creo, no estoy muy segura, que por esto me han sorprendido, mejor dicho, me han impresionado estas dos entrañables aportaciones dirigidas a la Sección Cartas al Director, que me voy a permitir el lujo de transcribir en un “aparte”. Al leerlas, podemos imaginarnos escuchando una conversación entre dos personas buenas llenas de una tristeza gozosa, optimista y valiente, que nos brindan una lección magistral de entereza y amor ante el sufrimiento.

Seguramente muchos de ustedes, después de leer el sentir del padre de Alex y el ejemplo de estos padres llenos de amor por su hijo, se darán cuenta de su importancia. Pocas veces escuchamos algo así. Es por esto que no podemos, ni debemos, dejar de reflexionar sobre ellas. No nos pueden dejar indiferentes. Y mucho menos, relegarlas a una sección del diario, considerada por muchos “de poca importancia” y que suele pasar desapercibida para muchos lectores

PIDO PERDON por Antonio Moreno, papá de Alex

Por haber traído al mundo a mi hijo que es Alex, es sencillamente diferente, como otros niños de la sociedad española, pero el no se da cuenta, o no quiere darse cuenta (no lo se), tiene una discapacidad, pero parece ser que la sociedad no acaba de entender del todo que existen personas diferentes.

Pido perdón porque si voy en transporte publico molesto, si voy de urgencias, también molesto, si voy a su área básica de salud, también molesta a los que espera, y si voy al EAP (equipo de orientación escolar) molesto y se cabrean por pedir escuela inclusiva, si voy al centro base (atención disminuidos), también se cabrean por pedir un baremo, si voy para que lo valoren para un taller ocupacional se cabrean porque pido uno y también les molesto porque no lo encuentro

Si a todo esto se lo intento dar a entender a la administración también molesto y les cabreo, pero yo me tengo que resignar lo mal que lo hacen, pero la diferencia es que yo no me cabreo!!!!!

LA ALEGRÍA DE LA CASA por Jesús Asensi Vendrell

Por las mañanas es su madre la que se encarga de abrir la imprenta y de atender al cartero, a los clientes y al teléfono. Este mes va de cabeza, sólo puede trabajar por las tardes y a los clientes les ha de pedir un poco de paciencia.

Sí, su mujer y él llevan años de sonrisas y lágrimas, de esfuerzos y de sacrificios, de esperanzas porque sólo un milagro puede curar a uno de sus hijos que tiene parálisis cerebral.

Durante todo este mes está llevando a su pequeño a un cursillo de rehabilitación. Una hora de viaje, tres sesiones de una hora cada una y de vuelta a casa. Esfuerzo de tiempo y de dinero que nuestro amigo asume con estas palabras: “él se lo merece”.


Y es que, en esta sociedad donde prima la superficialidad y el egoísmo, es difícil pasar cerca de la bondad, la humanidad y el amor por la vida humana “diferente” y no darnos cuenta que, haciendo vida esta lección magistral podemos llegar a convertirnos en personas mucho más valiosas.

Gracias a ambos por no silenciarlas!

Reme Falaguera

Mujeres del Siglo XXI

Debate21


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