jueves, septiembre 06, 2007

Un sordo rumor


Por Antonio Jaumandreu



Puede parecer exagerado, y yo mismo hasta hace bien poco no había reparado en ello. Quizá sea que las últimas declaraciones de Carod anunciando iniciativas para la independencia de Cataluña a siete años vista (un suspiro) han despertado sensibilidades, o quizá simplemente un día empiezas a encajar piezas y a relacionar cosas que has oído en un sitio con frases que te han dicho en otro, pero lo cierto es que, por increíble que resulte, empieza a escucharse en Cataluña el rumor sordo del exilio.

Nadie puede hablar, como es lógico, de cifras. Pero empieza a ser, si no habitual tampoco excepcional, la referencia del tipo “habrá que ir pensando en largarse”. He tenido ocasión recientemente de intercambiar opiniones con diversas personas. Empresarios, profesionales, ejecutivos,... Y puedo asegurarles que la idea de cambiar de aires empieza a cundir de manera sorprendente. Por supuesto, la Cataluña oficial negará este hecho, esta percepción, y la atribuirá a los desvaríos de los enemigos de la Patria, y en última instancia añadirá un despectivo “pues que se vayan” (que fotin el camp, más bien).

Me consta que ya no son pocas las familias con posibles que, aparte de enviar a sus hijos a estudiar fuera (cosa que no es nueva), están estableciendo su domicilio fiscal en otras comunidades autónomas que no están gobernadas por exóticas coaliciones de socialistas, comunistas, ecologistas y separatistas. Me consta también que bastantes profesionales y empresarios, ya de una cierta edad, con su fortuna hecha y en la recta final (aunque larga) hacia la jubilación, empiezan a plantearse seriamente enajenar sus propiedades y con el fruto obtenido establecer su domicilio en Madrid o en Valencia para esa última etapa de su vida. Y me consta que gente más joven comienza a pensar seriamente en situar su horizonte laboral fuera de Cataluña.

Demasiadas incertidumbres, demasiadas convulsiones previsibles, demasiado intervensionismo, demasiado aldeanismo, demasiada estrechez de miras, demasiadas limitaciones.

Algo pasa, pero por supuesto nadie desde la Cataluña oficial lo admitirá ni, menos aún, sacará conclusiones de ello.

Los árboles y el bosque

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es una pena... Pero se lo han buscado. Cuando se den cuenta probablemente ya será tarde, pero se lo habrán buscado ellos. Un saludo.