Un novelón que nunca será un peliculón
He acabado de leer “La enfermera de Brunete”, de Manuel Maristany. 1.000 páginas de novela, con todos los alicientes de las historias clásicas: amores, desamores, traiciones, guerra, asesinatos, espías, pasiones, lujo, miseria, heroísmo, honor,... Una intensa historia de amor que presenta la particularidad de estar ambientada en la Guerra Civil española y la absoluta originalidad dados los tiempos que corren de presentarse desde el punto de vista de los nacionales.
El protagonista principal es el hijo de una familia aristocrática catalana, al que el estallido de la guerra pilla apenas en la veintena, y que se alista con los requetés en buena medida para vengar las muertes de su abuelo, su padre y su hermano y la violación de su hermana, así como el incendio de su casa, a manos todo ello de los rojos en los primeros días de la guerra.
Es especialmente interesante el relato de esos días de julio en Barcelona, en particular para quienes habíamos oído de nuestros propios padres y abuelos estas o similares historias, y que de un tiempo a esta parte empezábamos a dudar si todo eso había sucedido realmente, ya que la nueva “memoria histórica” parece haber decidido borrar de los libros la barbarie revolucionaria de aquellas fechas.
No esperen ver la versión cinematográfica. Sin duda, daría para un gran guión, pero no cabe esperar que, dada su perspectiva poco progresista, ningún productor se lance a la tarea. Recomiendo su lectura. Tendrá mayor o menor valor literario, aunque en general está bien escrita y es fácil de leer, pero en todo caso constituye un fresco histórico nada desdeñable, en el que se entremezclan personajes reales (Franco, Pasionaria, Mola, Ridruejo, Hemingway, Philby, Companys,...) con otros de ficción. Eso sí: procúrense un atril, porque el tomo se las trae. Abstenerse los convencidos de que la República era el mejor de los mundos, y de que los únicos malvados de la historia eran los facciosos rebeldes.
Los árboles y el bosque
El protagonista principal es el hijo de una familia aristocrática catalana, al que el estallido de la guerra pilla apenas en la veintena, y que se alista con los requetés en buena medida para vengar las muertes de su abuelo, su padre y su hermano y la violación de su hermana, así como el incendio de su casa, a manos todo ello de los rojos en los primeros días de la guerra.
Es especialmente interesante el relato de esos días de julio en Barcelona, en particular para quienes habíamos oído de nuestros propios padres y abuelos estas o similares historias, y que de un tiempo a esta parte empezábamos a dudar si todo eso había sucedido realmente, ya que la nueva “memoria histórica” parece haber decidido borrar de los libros la barbarie revolucionaria de aquellas fechas.
No esperen ver la versión cinematográfica. Sin duda, daría para un gran guión, pero no cabe esperar que, dada su perspectiva poco progresista, ningún productor se lance a la tarea. Recomiendo su lectura. Tendrá mayor o menor valor literario, aunque en general está bien escrita y es fácil de leer, pero en todo caso constituye un fresco histórico nada desdeñable, en el que se entremezclan personajes reales (Franco, Pasionaria, Mola, Ridruejo, Hemingway, Philby, Companys,...) con otros de ficción. Eso sí: procúrense un atril, porque el tomo se las trae. Abstenerse los convencidos de que la República era el mejor de los mundos, y de que los únicos malvados de la historia eran los facciosos rebeldes.
Los árboles y el bosque
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