miércoles, septiembre 19, 2007

Madurez por decreto

Por Antonio Jaumandreu


Hay que ver lo paternalista que es la izquierda. El señor ministro de Justicia ha decidido que “la sociedad española ya está madura para el debate sobre la eutanasia”. No tengo intención de opinar ahora y aquí sobre el tema de fondo, la eutanasia, porque reconozco que aunque en el terreno de los principios morales abstractos me parece tener las ideas muy claras, debo admitir que ante casos muy concretos y extremos estas convicciones presentan serias debilidades.

Me quería referir tan solo a la actitud del ministro, tan propia de esta izquierda que nos ha tocado en suerte, que sabe siempre mejor que nosotros mismos para qué estamos o no maduros. Se levanta un buen día el prócer de turno y declara solemne que ya podemos debatir sobre la eutanasia. Fantástico. El problema está en que el asunto suele tener truco. Cuando un político dice que la sociedad está madura para tratar un tema, suele querer decir que cree que las encuestas indican una mayoría favorable a las tesis que él sostiene. Y que él por supuesto va a defender una postura muy concreta, que es la que la sociedad, en su espléndida madurez, va a saber apreciar. Vamos, que nadie inicia un debate si no sabe que va a ganarlo, pero dicho así queda como un poco zafio, y es mucho más elegante atribuir las causas a la madurez de la sociedad. Qué curioso, ahora que me doy cuenta: zafio es un adjetivo que uso muy poco, y me ha aparecido justamente hoy, en un texto relacionado con el ministro Fernández Bermejo…

Un ejemplo claro de lo que digo lo tenemos en los nacionalistas: cuando empiezan a decir que la sociedad catalana, o la vasca, están maduras para el debate sobre la independencia, significa que calculan que tras largos años de preparación artillera del terreno sus tesis empiezan a ser mayoritarias. ¿Debatir sobre estas cosas cuando puede que nos salga el tiro por la culata? No, por Dios. ¿Cómo se va a debatir con una panda de inmaduros?

Los árboles y el bosque

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