viernes, agosto 10, 2007

Desde mi trinchera liberal: Cuando la ciencia es fraude


Jim Watson, el científico que descubrió la estrucura del ADN, profetizó que el cáncer sería curado en dos años. La noticia fue recibida con alegría inmensa por muchas personas que creían ya tener el número premiado en la lotería de la salud.




Un paseo por la planta de oncología de cualquier hospital nos devuelve a la cruda realidad, y nos demuestra el carácter acientífico de la afirmación de Watson. En algunas ocasiones por un voluntarismo que confunde los deseos con la realidad, y en otros casos por actuaciones deliberadamente fraudulentas, algunos científicos han hecho del juego con la esperanza humana un suculento negocio. Algunos "científicos" no se diferencian demasiado de los charlatanes vendedores de crecepelo infalible.


Las enormes expectativas que se han creado con investigaciones científicas en el campo de la clonación, o de la investigación con células embrionarias, pertenencen a esta tendencia, mucho más de ficción a largo plazo que de base científica real. Los rendimientos a largo plazo exigen mucha menos precisión y evidencia cortoplacista. Son extremadamente dúctiles. Y sirven, además, como una forma de presionar a los políticos en la captación de fondos públicos que financien sus investigaciones. Son bastantes los científicos sin escrúpulos que prometen resultados de curación siempre y cuando los políticos allanen el camino. Es decir, vacíen de contenido ético sus programas y los financien. Y pocos políticos se arriesgan a aparecer ante la opinión pública como obstruccionista del progreso médico o científico. La política sí es un negocio a corto plazo, a diferencia de la ciencia.


La clonación, por ejemplo, supuso una eclosión de declaraciones cargadas de un futuro esperanzador. La misma palabra se convirtió en sinónimo de elixir de la juventud perpetua, de inmortalidad incluso. De repente, la ciencia parecía tener el líquido que colmase la sed de inmortalidad del hombre. En el año 2001, Claude Vorilhon escribió un libro titulado "Yes to human cloning, inmortality thanks to Science" (Sí a la clonación humana, la inmortalidad gracias a la ciencia.). La ciencia de finales del siglo XX se aproximaba demasiado a la eugénesis nazi. La creación de super hombres se empezaba a ver como un futuro nada incierto.


La realidad ha demostrado que la Clonación ha sido una historia negra de fraudes, fracasos y costosísimas investigaciones. La clonación crea serias anormalidades en casi todos los embriones, y sus intentos suelen acabar en fracaso. Mucho menos de moda hoy en día, los científicos que apostaron por la clonación han hecho su particular transición a la investigación con embriones, con las mismas promesas de curación universal. Otra forma de vender humo a la aue volveremos en otra ocasión

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