Fin de la tregua trampa. Nuevo fraude
Por Jesús Salamanca
ETA vuelve a las andadas. De ello no puede y no debe alegrarse nadie. Muchos, por motivos diversos, confieso que estamos muy preocupados y no menos acongojados; aunque seguimos dando la cara ante el terror de ETA. Saben dónde encontrarnos, pero son cobardes hasta más no poder. Claro que, por otra parte, contamos con una ventaja. Y es que nunca sabrán cómo, cuándo y dónde podemos estar esperando su llegada.
Si vuelve a actuar la banda es porque se le ha insuflado vida desde instancias que deberían haber luchado por lo contrario, la derrota; pero siempre por la vía democrática, utilizando el ‘armamento’ del que dispone el Estado de Derecho: la Justicia, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y el cumplimiento íntegro de las penas.
Muchas veces hemos insistido en que los terroristas son terroristas y juegan la baza del engaño, además de lograr los objetivos que mueven su lucha. Otra vez engañaron al Gobierno, a pesar de haber recibido éste advertencias desde todas las instancias conocedoras del terrorismo.
Como de costumbre era una tregua trampa, con un objetivo evidente: rearmarse, recuperar medios económicos y formar a sus cuadros. El primero en advertirlo fue el ex ministro, Mayor Oreja. Todos los acontecimientos se han sucedido tal y como los enumeró; desde el primero hasta el último. “Con ETA no se negocia, es una nueva tregua-trampa”, advirtió en varias ocasiones. Miembros del partido de Rodríguez llegaron a acusarle de agorero, bocazas y ‘metepatas’. ¡Hay ‘Pepiño’, ‘Pepiño’! Tan solo una persona del Gobierno de entonces pidió respeto para Mayor Oreja. Fue el ínclito y respetado, José Bono.
La banda terrorista ha incitado al engaño al Gobierno Rodríguez, que ha acabado mintiendo a la ciudadanía. Primero lo hizo con la negociación y, posteriormente, tras el atentado de Barajas prometió que se rompía cualquier contacto con ETA y, por supuesto, se desmoronaba cualquier atisbo de negociación. Hemos sabido que, incluso, tras el atentado de
la T-4 se ha seguido negociando. Y ello se pondrá de manifiesto cuando GARA publique cada una de las actas.
De nuevo la mentira ha acompañado a nuestro presidente. El engaño sigue siendo su bandera de enganche. Tomar a los ciudadanos por inútiles y estúpidos no sale gratis a ningún político y mucho menos a un presidente. Bien es cierto que han sido sus asesores quienes han carecido de perspectivas y de visión. No nos cabe duda que Rodríguez ha sido inducido al engaño por malos asesores y peores compañías, también.
No es fácil entender que Rodríguez firmara y apoyara el Pacto por las libertades y contra el terrorismo y, por otro lado, estuviera ‘navajeando’ al Gobierno de ese momento, ‘morreo’ incluido con ETA. La negociación con ETA se paga siempre. Al Gobierno Rodríguez le han empezado a pagar con la misma moneda que él puso en circulación con otros. Por eso no se entiende, desde ningún punto de vista, la comparecencia del bachiller ‘Pepiño’ Blanco, don José, hablando de libertades y de transparencia. Tanto el presidente Rodríguez, como su circense ‘escudero’ en el partido, han perdido la credibilidad para la ciudadanía y ésta seguirá pidiendo explicaciones por el fraude cometido, el desmedido engaño y la indisimulada desfachatez.
Si vuelve a actuar la banda es porque se le ha insuflado vida desde instancias que deberían haber luchado por lo contrario, la derrota; pero siempre por la vía democrática, utilizando el ‘armamento’ del que dispone el Estado de Derecho: la Justicia, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y el cumplimiento íntegro de las penas.
Muchas veces hemos insistido en que los terroristas son terroristas y juegan la baza del engaño, además de lograr los objetivos que mueven su lucha. Otra vez engañaron al Gobierno, a pesar de haber recibido éste advertencias desde todas las instancias conocedoras del terrorismo.
Como de costumbre era una tregua trampa, con un objetivo evidente: rearmarse, recuperar medios económicos y formar a sus cuadros. El primero en advertirlo fue el ex ministro, Mayor Oreja. Todos los acontecimientos se han sucedido tal y como los enumeró; desde el primero hasta el último. “Con ETA no se negocia, es una nueva tregua-trampa”, advirtió en varias ocasiones. Miembros del partido de Rodríguez llegaron a acusarle de agorero, bocazas y ‘metepatas’. ¡Hay ‘Pepiño’, ‘Pepiño’! Tan solo una persona del Gobierno de entonces pidió respeto para Mayor Oreja. Fue el ínclito y respetado, José Bono.
La banda terrorista ha incitado al engaño al Gobierno Rodríguez, que ha acabado mintiendo a la ciudadanía. Primero lo hizo con la negociación y, posteriormente, tras el atentado de Barajas prometió que se rompía cualquier contacto con ETA y, por supuesto, se desmoronaba cualquier atisbo de negociación. Hemos sabido que, incluso, tras el atentado de
la T-4 se ha seguido negociando. Y ello se pondrá de manifiesto cuando GARA publique cada una de las actas.
De nuevo la mentira ha acompañado a nuestro presidente. El engaño sigue siendo su bandera de enganche. Tomar a los ciudadanos por inútiles y estúpidos no sale gratis a ningún político y mucho menos a un presidente. Bien es cierto que han sido sus asesores quienes han carecido de perspectivas y de visión. No nos cabe duda que Rodríguez ha sido inducido al engaño por malos asesores y peores compañías, también.
No es fácil entender que Rodríguez firmara y apoyara el Pacto por las libertades y contra el terrorismo y, por otro lado, estuviera ‘navajeando’ al Gobierno de ese momento, ‘morreo’ incluido con ETA. La negociación con ETA se paga siempre. Al Gobierno Rodríguez le han empezado a pagar con la misma moneda que él puso en circulación con otros. Por eso no se entiende, desde ningún punto de vista, la comparecencia del bachiller ‘Pepiño’ Blanco, don José, hablando de libertades y de transparencia. Tanto el presidente Rodríguez, como su circense ‘escudero’ en el partido, han perdido la credibilidad para la ciudadanía y ésta seguirá pidiendo explicaciones por el fraude cometido, el desmedido engaño y la indisimulada desfachatez.
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