jueves, mayo 10, 2007

Monsieur Sarkozy, ¡ magnifique, vraiment magnifique !


Por Inmaculada Sánchez Ramos

A la hora de elaborar este pequeño apunte de la actualidad ya se sabe que Nicolas Sarkozy ha sido el ganador de las elecciones presidenciales francesas y será el sexto presidente de la 5ª República. En concreto, ya al 100% del escrutinio el Sr Sarkosy cuenta con un apoyo cifrado en 53,06%, y ello con una participación de votantes muy elevada, próxima al 85%.

Ante esta noticia, bastante esperada, reconozco que he sentido una enorme envidia, por, de una parte, lo mucho que difiere su modelo de sociedad con el que Zapatero está implantado en España a golpes totalitarios, y de otra parte, por lo mucho que dista la talla política y humana de ambos dirigentes.

Precisamente, las claves del éxito de Sarkosy se encuentran en la recuperación de un modelo de sociedad que es todo menos populista. Sarkosy defiende la meritoracia, y por ello ha propuesto reformar la escuela y la educación de los franceses ensalzando el valor del esfuerzo. Contraste enorme con la reforma de ley educativa española. Sarkosy defiende una emigración controlada, difiriendo mucho de utilizar la emigración de modo populista para proporcionarse buenos réditos electorales, modo éste que dañaría a todos y fundamentalmente a los emigrantes - por cierto, no olvidemos que él es hijo de emigrante-. No podemos por más, en este apartado, que pensar en las regularizaciones masivas de Caldera. Sarkosy defiende un estado que no penalice a los ciudadanos mediante impuestos, y por tanto ha propuesto bajarlos para dejar esos recursos en las manos más productivas que son las de la iniciativa privada. Sarkosy propone una política antiterrorista merecedora de este nombre, es decir, una política cuya misión es ir contra del terrorismo. Terreno éste, donde la distancia de Zapatero y Sakosy es abismal.

Así podríamos seguir con la gran mayoría de las propuestas que el líder francés ha planteado a los franceses y que configuran un modelo de sociedad que dista en una gran medida de el que Zapatero está imponiendo en España siendo éste muy del corte de los gobiernos populistas de Bolivia, Venezuela y Cuba.

Verdaderamente, ¡Qué envidia!, en Francia un hombre de estado. Un estadista con mayúsculas con una idea clara de lo que es gobernar, con principios y valores. Señores, ¡Qué envidia!, en Alemania una mujer de estado, con la firmeza y la flexibilidad necesarias para dirigir un país.

¡Qué lástima!,¡Ojala, fuera verdad que España pudiera volver al corazón de Europa!.

Desde la Libertad

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