domingo, mayo 06, 2007

La palabra del día: paripé

Por Germont


"Fingimiento, simulación o acto hipócrita” (DRAE). La maniobra del gobierno en relación con las listas electorales del entorno etarra es el ejemplo perfecto que facilita la comprensión de la palabra paripé. Se nota la llegada de Bermejo al Ministerio de Justicia. El ministro, buen profesional del derecho, sabe perfectamente que los jueces pueden fallar única y exclusivamente sobre lo que se les plantea, sobre lo que tienen en la mesa.

La maniobra por lo tanto era sencilla: impugnamos unas cuantas candidaturas, y por lo tanto sólo sobre ellas podrán pronunciarse los tribunales. Cubrimos las apariencias de cara a la galería, transmitimos un cierto aire de firmeza a nuestro público entregado, que bien poco entiende de sutilezas procedimentales, y ofrecemos a los batasunos y sus satélites un premio de consolación que no es manco, como es gobernar en buena parte de sus feudos tradicionales de la Euskadi profunda (¿hay alguna Euskadi que no lo sea, bien pensado?), y volver así a amamantarse de las arcas públicas, de las que tan cruelmente les había apartado el PP de Aznar, ese alcohólico conductor irresponsable. De rebote, cerramos de facto pactos de gobierno con el PNV en las grandes alcaldías, eliminando el factor distorsionador de un puñado de concejales batasunos que puedan despertar los instintos soberanistas de los nacionalistas sedicentemente moderados: será inevitable el pacto PSE – PNV en la mayoría de alcaldías. Yo te elimino a los batasunos de esos ayuntamientos, y tú me garantizas el apoyo en el Congreso.

Para Batasuna, o como demonios se llame ahora, tampoco es mal trato: les permite seguir ejercitando el victimismo en su campaña, al tiempo que volverán a tocar poder y administrar presupuesto y terror “soft” en los territorios que controlen, pero sin que parezca que se han plegado a participar en el aborrecible “sistema” español.

Brillante maniobra en su conjunto. Bermejo, Rubalcaba y De la Vega forman un trío que ya lo quisieran otras formaciones políticas. Zapatero marca las grandes directrices, las alianzas estratégicas y los objetivos a largo plazo, y el triunvirato desarrolla las tácticas. Y sin disimular: Bermejo no ha podido ser más claro al definir lo sucedido hoy: “no gustará ni al PP ni a Batasuna”. De eso se trataba, también: de establecer nuevamente los extremos del tablero político, reservando para el PSOE la apariencia de la confortable centralidad.

Germont

Los árboles y el bosque


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