domingo, abril 01, 2007

Rosa Regás, noticias sobre España


Por José María Aiguabella, Aragón Liberal

Dice Rosa Regás en Buenos Aires (Argentina), y lo recoge el ABC: En España impera «el odio». Los hombres ven a las mujeres «sólo como madres, esposas, prostitutas, sirvientas o hijas, no como iguales». En Madrid «me escupen por la calle». «He sufrido toda mi vida a la extrema derecha». Si gana el PP las elecciones, «no quiero ni pensar lo que podría pasar», y ABC publica «mentiras». Estas son algunas de las manifestaciones de la directora de la Biblioteca Nacional, Rosa Regás -publicadas ayer en el diario Página 12-, en las que asegura que el redactor jefe de este diario, «Jesús García Calero, se la tomó conmigo».

Es claro que esa señora tiene alucinaciones, o confunde sus sueños con la realidad. Debe de tener algún fantasma de "su conciencia" que le hace ver como real lo que en los círculos próximos a la Moncloa sueñan imponer en nuestro país, en España, pero dando la vuelta al argumentario. La pobrecita no debe amar a un hombre ni un hombre debe amarla. Porque está tan imbuida en las letras de la imaginación de ciertos poetas que en el día al día. Salvo los casos de violencia, que son minoría, la mayoría de las mujeres en España están felices con su ser. Y los varones sabemos que "mandan ellas", nos callamos y las dejamos porque lo hacen bien. Es que en las familias españolas hay "amor", y eso es de lo que andan huecos esos escritores que van de Directores de Bibliotecas.

Lamentable trabajo, vigilar y tutelar a Cervantes, Lope de Vega, Marañón (a ese no lo traga), Pemán (a ese le destierra) y tantos de los grandes la que es "escritora de las pequeñas". Un Salieri frente a Mozart, un copista frente al artista. Complejillos y exposiciones sobre una guerra civil vista desde el perdedor que quiso ganar para escribir que fueron actos de justicia los asesinatos en masa de Paracuellos. Desenterrando fantasmas a Rosa Regás se le aparecen y habla de ellos en Argentina

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Comentario de Germont

Será que, de tantas horas en la Biblioteca, "del mucho leer se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamentos como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas sonadas soñadas invenciones que leía, que para el(la) no había otra historia más cierta en el mundo".
Huelga decir, eso sí, que todo lo que leía lo editaba Santillana.
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Comentario de Angel

Propongo regalarle, a la Regás, una escupidera portátil en rojo y gualda, con tapadera y bolsa térmica, para que muestre la calidad de los escupitajos madrileños en sus viajes al extranjero.
Aporto un cafelito; perdón: 0,80 euros.
¿alguien se anima?























2 comentarios:

cartapacio.liberal dijo...

Germont: se le secó el cerebro antes de leer. Con perdón a los que tienen cerebro. El otro día tuve una agradable sorpresa: me dí cuenta que tenía cabeza, pero duró poco la sorpresa al encontrar que la tenía hueca. Una cabeza hueca, que cree que piensa, es la del loro que repite lo que otros dicen, no necesariamente lo que otros piensan. Zapatero dice "bobadas" y sus "loros" repiten su eco. Todos con cabeza, pero con cabeza hueca.
Por cierto, por error sale José Mari y no frid (es problema del bak-ofice)
frid

Juan Fuentes dijo...

Vds. me perdonarán pero si Rosa Regás dijo lo de los hombres violadores y maltratadores cuando vivía en Barcelona sería porque su experiencia le llevaba a pensar eso. Tampoco es razonable minimizar -menos aún aceptar como justo- lo que sucedió en Paracuellos.
Pero algo le ha sucedido a Rosa cuando ha salido del pueblo, ¿no tiene derecho a cambiar de opinión? Seguro que ahora tiene más datos, se habrá documentado mejor, en fin, Dios sabrá, lo cierto es que ahora dice verdades como puños, ¡bendito sea Dios!.
Es una mujer inteligente y limpia, y se cambia de camisa, ¡pues muy bien!. Yo solo le pediría que lo explique, que cuente los por qués, será esclarecedor.
En resumen, hay que escucharla, incluso ahora, ¿o nó?