El PNV y la “Gran Euskalherria”
Por Luis I. Gómez
Lo acabo de leer en el diario ABC. El PNV vuelve a desempolvar el Plan Ibarretxe animado, sin duda, por la coyuntura favorable a toda tesis centrífuga.
«Propugnamos una política abierta de cooperación que vaya conformando Euskal Herria como una eurorregión vasca, desde el Adour al Ebro y desde las Encartaciones hasta Zuberoa, que desarrolle un tejido urbano con calidad de vida y un sistema de transporte que unirá el tejido urbano Donostia- Vitoria- Bilbao- Pamplona- Baiona, gracias a la Y Vasca. Este es nuestro modelo de autogobierno para los próximos años: capacidad de decisión, compromiso en el pacto y corresponsabilidad, participación en todos los niveles de decisión y apertura al exterior».
Desde el punto de vista de relaciones con España, reivindican «un acuerdo político que defina un modelo de convivencia, y un marco de relaciones con el Estado sobre la base de una bilateralidad efectiva, garantías y condiciones de lealtad. El pacto y la no-imposición es el procedimiento por el que se constituyen las reglas de juego en las sociedades avanzadas»
Estoy completamente de acuerdo con el primer párrafo. Quiero decir, que me parecen absolutamente legítimas esas reivindicaciones. No hay nada que discutir. y si esa es la voluntad de los vascos, así sea.
Ocurre que apenas nadie repara en que ni la vía constitucional ni la de la federación permitirían un marco sociopolítico como el planteado. Me explico. La Constitución debería ser transformada en su esencia, lo cual supone el parabien de todos los españoles y no sólo de los vascos. Sigo sin oir una sola palabra desde el PNV en ese sentido: siempre se habla de la voluntad de los vascos (justo) y nunca de la de los españoles. Parecemos un ejército de ocupación y nada se aleja más de la realidad. La coyuntura favorable que mento al inicio se ha conseguido a base de hartazgo tras bombas, tiros y desprecios a la libertad de la mayoría. Zapatero la ha consolidado con su mediocridad ética y moral, añadiendo una pizca de querencia idólatra por el poder. Simplemente esta circunstancia desacreditaría de por si cualquier intento soberanista unilateral.
Una federación cristaliza desde el principio de igualdad de partida. Luego, cada estado federado se desarrolla en función de sus posibilidades. Es exclusivo de los estados federados decidir si articulan o no herramientas de compensación o solidarias entre ellos. Los estados federados, por lo general, disponen de un denominador común en tres aspectos fundamentales: defensa, justicia y diplomacia. Tampoco veo en la propuesta del PNV claridad en este sentido. Es más, un sistema de justicia propio (cada estado federado lo tendría) que no reconoce una instancia última federal, capaz de arbitrar en aquellos puntos que se decidiese, no es un sistema que favorezca la convivencia, como ellos defienden.
Por último, no puedo dejar de reseñar que el afán por conseguir un estado euskaldún dentro (sí, de alguna manera dentro) de una estructutra estatal “española” sólo obedece a los intereses del PNV y no a los del estado español (reciprocidad que sería muy bienvenida de un futuro socio) El Tratado de la Unión Europea, por ejemplo, lo suscribe el Reino de España, y ese será un hueso legal difícil de roer por los letrados euskaldunes.
Señores del PNV, de Batasuna, sean honrados una vez en su vida. Propongan un referéndum de independencia (contarán con mi apoyo), abandonen las estructuras del estado Español (todas), creen su propio estado allí donde les dejen los votos (y solo donde les dejen los votos: si los navarros dicen que no, es que no), renuncien a los beneficios que se desprenden de la pertenencia o asociación con el Reino de españa (pertenencia a la UE, por ejemplo) y luego negocien lo que tengan que negociar.
Luis I. Gómez
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