domingo, marzo 04, 2007

Paz y el Miedo a la Libertad

La paz, ese concepto tan deseado y deseable pero tan ambiguo que igual sirve para esclavizar que para ser esclavo, cuyo uso y abuso nos adormece, nos hace olvidar el mayor valor que es la Libertad ; no hay paz sin Libertad; parece retórico pero conviene no olvidarlo en este País en el cual nuestros políticos compiten con los programas rosas haciendo héroes a personajes detestables, con el agravante de que por deleznables que sean los primeros, mentirosos, desleales e insidiosos al menos no son terroristas, mientras en el segundo sí lo son y traicionan a España entera aunque haya mucho muermo adormecido.

Pareciera que de tanto predicar la paz, nos hubiera entrado el síndrome del ‘Miedo a la Libertad" , releo a Erich Fromm y su libro de ese título (1941).

Si bien él lo concreta todo en el fascismo, yo lo extiendo al estalinismo de entonces cómo regimenes dictatoriales.

Fromm destacaba la crisis de la civilización occidental en su expresión política (fascismo o comunismo) y la sociocultural con la creciente estandarización de los individuos. Ambas eran formas de evadir la libertad.

Esto conduce a la conciencia de insignificancia personal y sensación de soledad; aunque se han potenciado sus cualidades humanas y se le ha liberado de tabúes tradicionales, sé da la paradoja de que rehuye esa libertad.

Así, y no es idea de Fromm, el hombre aborda su existencia entre esta dicotomía: la banal y la auténtica. La banal es la conformidad automática, la existencia impersonal, la sumisión al yo social. Para ser auténtico hay que ahogar ese yo social para que aquel florezca. La visión de Fromm, con otros aspectos, permanece en la actualidad; ha habido momentos de aparente liberación pero ha sido más esnobismo que conceptual. El estructuralismo y el indefinido progresismo han sido devastadores.
Ya Aldous Huxley previó en su prólogo a su ‘Mundo Feliz’-tras la 2ª guerra mundial- que las nuevas formas de tiranía eficaces serían aquellas que otorgasen a sus ciudadanos libertad absoluta sexual, comida y ocio social; en estas condiciones estarían en disposición de cercenar cualquier otra libertad que la ciudadanía la asumiría; ¡genial y previsor Huxley! ¿¡No nos suena!?
Si bien fue Orwell el que mas se aproxima a lo que podemos esperar en un futuro en un estado que no puede (aun) conducir por nosotros.
Han liberado a de Juana Chaos : ¡Horror! ¡Espanto! ¡Escándalo!...; durante horas aparece el yo auténtico. Pero…
Llega el fin de semana y…
¿tenemos ligue? ¿tenemos entradas para el fútbol? ¿iremos a cenar?... aparece otra vez el yo social… se va asimilando, olvidando… impera el yo banal, el yo de la paz se siente más confortable, no quiere problemas; en el fondo no se atreve a preguntarse: pero ¿libertad para qué, si ya tengo lo que quiero? Y no recuerda quién formuló esa misma pregunta en su primera parte.
Con esos mimbres, la machacona publicidad… confieso que me desasiego.
IMPERA EL MIEDO A LA LIBERTAD
Ángel

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