miércoles, marzo 14, 2007

Nebrera cabalga sola


O no. Quién sabe. Por lo visto no estuvo mal el acto de anoche, ni en cuanto a los planteamientos ni en cuanto a los asistentes. Nebrera pretende tocar a un segmento elitista en lo profesional y lo académico, consciente o en la creencia al menos de que estos personajes pueden operar como creadores de opinión desde arriba. Si consigue ganarse a empresarios, catedráticos, profesionales, etc., y convencerles de que no se avergüencen en lo sucesivo de defender un proyecto que ni sea de izquierdas ni sea nacionalista, incluso por el simplísimo procedimiento de proclamar públicamente cómo piensan, el esfuerzo no será baldío.

Caben todas las reservas, claro está, sobre el método empleado. Habría que preguntarse si ha optado por él después de agotar todas las vías ordinarias de provocar cambios desde las estructuras de partido, o es simplemente un "espíritu libre" que no encaja en la disciplina de un partido. En cualquier caso, para entender lo que defiende hay que ser consciente de la peculiar situación del PP catalán: su aspiración es llegar a ser ... ¡oposición! Y es que realmente ni eso es. Cuando gobierna CiU, la oposición es el PSC. Cuando gobierna el PSC, la oposición es CiU. Los otros dos partidos (ERC y comunistas) gobiernan de una forma u otra en muchos lugares. El PP ni gobierna ni es alternativa ni es oposición. Y no todo se debe al liderazgo, sino a que en el "oasis catalán" la uniformidad de los medios de comunicación es absoluta, y el PP no encuentra brecha para romper la imagen que se está dando de él. Un ejemplo: el domingo, La Vanguardia publicaba en su Revista un informe sobre la "crispación", y la portada de ese suplemento la ocupaba una foto a toda plana de un viejo carcamal desdentado y vociferante, de vestuario raído, agarrando con la mano crispada al palo de una pancarta cutre con los colores de la bandera nacional y alguna referencia que no recuerdo al 11-M. Esa es la imagen que desde hace años se nos vende aquí del PP. Y además de forma unánime.

Desde ese punto de vista, pienso que lo que Nebrera intenta, amén de ser dificilísimo, no es negativo. Es más, estoy convencido de que lo ha hecho tras cosechar sucesivas negativas de los Vendrell, Luna y demás picatostes del PP catalán para dar un golpe de timón. Y una cosa ha conseguido, como dice ella: que por un día el PP catalán se sitúe en el foco de la noticia. Eso sí: más fuera de Cataluña que aquí. Lo cual no deja de ser un buen síntoma. Wait and see.




Antonio

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