lunes, febrero 19, 2007

Dos de cada tres votantes "pasan" del nuevo Estatuto andaluz


No ha ido ni el "tato". Andalucía aprueba el Estatuto con la participación más baja de su historia: apenas un 36%. La elevada abstención, mayor que en cualquier ocasión precedente, pone en evidencia el enorme cisma existente entre políticos y ciudadanía. También subraya que algo muy profundo falla en el proceso autonómico.

La participación en el referéndum sobre la reforma del Estatuto Andaluz se ha situado en el 36,26% del censo cuando ya se ha escrutado el 99,41% de los votos, un índice de afluencia a las urnas muy por debajo del deseado por la clase política y que marca un récord de abstención (63,74%) en esa comunidad autónoma.

Con todo, el apoyo a la reforma estatutaria de los que han ido a votar ha sido, como se esperaba, abrumador: el 87,44% ha respaldado con su voto la reforma. El "no" sólo ha cosechado el 9,52% de apoyo. Ha habido un 3,09% de votos en blanco.

Todas las anteriores consultas celebradas en democracia han tenido un mayor respaldo en las urnas. Empezando por la celebrada en 1981 para la aprobación del Estatuto todavía vigente. En ese momento votó el 53,68% de andaluces.

La reforma ha llegado a las urnas respaldada por todas las formaciones del Parlamento regional -PSOE, PP e IU-, salvo el Partido Andalucista (PA), por lo que la abstención era hoy el único enemigo del Estatuto andaluz, como ya habían advertido las encuestas estos últimos días, que vaticinaban que la mitad del electorado se quedaría en casa.

Contra la pasividad de los votantes se han conjurado todos los líderes políticos a la hora de ejercer su derecho al voto, ya que el triunfo del sí se daba por descontado. Pero, a juzgar por los datos, los llamamientos no han tenido el efecto deseado.

Los dirigentes de las distintas formaciones habían fijado como mínimo una participación como la registrada hace ahora 26 años, cuando el Estatuto obtuvo el respaldo mayoritario del 90% del censo.

Las claves del nuevo Estatuto

El nuevo Estatuto contiene 250 artículos frente a los 75 del todavía vigente y, entre otras novedades, incluye una cláusula que garantiza un porcentaje de inversiones del Estado equiparable a lo que representa la población andaluza (casi un 18%) durante los próximos siete años. También recoge una referencia en el preámbulo a la "realidad nacional" de Andalucía y la definición de la comunidad autónoma como "nacionalidad histórica" en el artículo 1, así como numerosas alusiones a la "unidad indisoluble de España" y a la Constitución. Además, establece un mandato -con plazos concretos- para cuantificar y liquidar la deuda histórica, con lo que se pretende poner fin a uno de los contenciosos más polémicos desde que Andalucía accedió a la autonomía y, de hecho, figura en una de las disposiciones adicionales del vigente Estatuto.

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