¡Pues yo no he visto mala fe en quienes se han manifestado, señora ‘De la Vogue’! El Estado de Derecho debe derrotar al terrorismo con sus medios y la negociación no se encuentra entre ellos. No puede haber equiparación entre víctimas y verdugos, porque el sentido común y la lógica así lo imponen. Las extorsiones, la violencia callejera, la tregua-trampa, el desprecio de los ‘cachorros’ a la Justicia y las amenazas del Arnaldo Otegi, nuevo ‘príncipe de la paz’, ponen en vergüenza a un Gobierno enfermizo. La tregua-bomba ha sido un aviso más para la torpeza de un Gobierno sin credibilidad, sin ilusión y lleno de desprecio hacia las víctimas.
Quienes siempre hemos defendido el diálogo hasta la extenuación, somos conscientes que ese no es posible cuando se habla de terrorismo. ETA mata y no pregunta. La banda solo acepta condiciones si es ella quien las impone. El Estado de Derecho es un insulto en boca de asesinos, extorsionadores y bandarras. Nunca aprendieron a escribirlo con propiedad y mucho menos a respetarlo. Quienes se han manifestado han vuelto a abanderar la buena fe, frente a la desvergonzada puñalada social de la vicepresidenta. Ha ultrajado a las madres de las víctimas mortales, proyectando sobre ellas su odio acumulado durante no se sabe cuanto tiempo. Tal vez años y años, por la expresión de su rostro.
Actualmente el Gobierno está en deuda con la sociedad española y empieza a acumular excesivos intereses. El ejecutivo de Rodríguez Zapatero está en medio del lodazal por su falsedad, su desmedida ambición y su interés en revitalizar a la banda asesina. Al Gobierno socialista se le debe el actual ‘estado de gracia’ de ETA. A él y solo a él. Por eso y por su nula vista política, no es de recibo el insulto de la señora ‘De la Vogue’ a la ciudadanía española. Cualquiera diría que la ‘vicetodo’ disfruta en el albañal del Gobierno.
La sociedad civil se mueve. Y más que se va a mover. Los sinvergüenzas han perdido la vergüenza y los ciudadanos ya les han perdido el respeto. ‘De la Vogue’ debería saber que la sangre nunca puede ser materia de negociación. ETA marca las pautas al Gobierno; pero jamás se las marcará a la sociedad civil, envuelta en el sentido común, en su desmedido afán de libertad y en la buena fe que acompaña al ciudadano medio, alejado de las esferas de poder. No es posible olvidar la violencia del terrorismo, como no se debe olvidar el insulto, el desprecio y la memez de la señora ‘De la Vogue’. Las víctimas siguen fieles a sus sentimientos y esa fidelidad debe ser otro de los ejes fundamentales para que continúen recibiendo el apoyo de la sociedad.
‘De la Vogue’ ha dado una bofetada a traición a las madres de los fallecidos, a las esposas o parejas, a los hijos, a todos los familiares que sufren y luchan por la libertad y la concordia. Su vulgar insulto está instalado en el desprecio al semejante, a quien ella considera súbdito. ¿Aún cree que puede aplicar a los demás el derecho de pernada? ¿De qué árbol se ha caído esta señora? El odio se plasma en su rostro, fiel espejo de su incapacidad. Sin duda, no nos merecemos una arreadora que se esconde y desaparece varios días tras un atentado.
España llora por el terror, pero también llora por el fascismo, odio y mala fe que emana de representantes del Estado que no saben estar a la altura de su cargo. Nos tenía engañados la señora ‘De la Vogue’. El odio, la mala fe y el desprecio de las personas son como el aceite: siempre acaban asomando.
Jesús Salamanca Alonso
Publicado en: El blog de Jesús Salamanca Alonso
Análisis actual en clave de política liberal
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