lunes, enero 01, 2007

Lo que podemos y lo que no debemos hacer

Me preguntaba ayer mismo oyendo a Alcaraz y el clamor popular <<¡España merece otro presidente!>>, ¿que hacer cuando un gobierno no defiende a sus ciudadanos por inacción?

Hoy me añado más; aplico un oxímoron: una inacción activa; porque activa ha sido y es la contumaz disposición de nuestro presidente a serlo sólo de una parte de los españoles; porque activa ha sido y es su estrategia en el Parlamento, Comunidades por su partido o socios gobernadas, por sus medios de comunicación controlados o afines, excelsos paniaguados… para presentar al PP –total, sólo un cuarenta por cien de la población- como un partido no democrático, arriscado, de imposible diálogo con él, extremoso y franquista, sacando a relucir una Memoria Histórica que les explota en las manos, sí, también a ellos, cuando perciben que en la guerra hubo muchos abuelos.
No pueden llegar tan lejos en los caminos iniciados pero… tampoco pueden parase. El control del jefe es absoluto; el ex-González lo ha reconocido; por temor o pesebrismo nadie osa levantar la voz; por todos es conocido que es vengativo; se toma su tiempo, pero se vengará. Sólo dos mujeres se atreven: Rosa Díez y Gotxone Mora; admirables las dos; con boca pequeña un varón, Nicolás Redonda y lúcido Joaquín Leguina; hasta Savater está out.

No es un problema de un partido que fue excelentemente manipulado por Pepino y Rubalcaba en la tragedia del 11-M; es el problema de una persona y de quienes le rodean. Pero sobre todo de la persona.

Antonio Elorza -¡nada sospechoso su izquierdismo!- le definió muy bien en su artículo “La insoportable levedad de un presidente” (El País: 24/XI/06); entre otras cosas decía:

“…El presidente Zapatero puede así dormir tranquilo de cara a las próximas elecciones y tambiénpor su parte seguir ofreciendo pruebas de su peculiar estilo de gobierno que en las cuestiones deEstado conjuga recurrentemente la superficialidad en el análisis, depuradas técnicas de marketingen la presentación de la imagen y una rígida determinación para alcanzar los propios fines, mostrándose tan hábil en la maniobra como implacable en la voluntad de destrucción de sus oponentes, dentro y fuera del Gobierno y del partido. Se trata sin duda de un aforma eficaz de obtener resultados a corto plazo, con el consiguiente reforzamiento de su personalimagen de líder. Otra cosa es el precio a pagar por cada una de las operaciones, algunas de lascuales afectan de modo directo a la estructura del régimen democrático,en la medida que el contenido de cada problema resulta soslayado con tal de llegar como sea al happy end, con ZP en elcentro de la foto…” y“…Entra aquí en juego esa en apariencia insuperable ligereza de entendimiento que permite aZapatero reducir los grandes problemas políticos a un procedimiento simplificado en cuyo marcoel contenido se disuelve, los obstáculos derivados de la complejidad de lo real son omitidos,en aras de lograr como sea una solución presidida de fachada por él…”

Todo el artículo es una aguda definición.

Yo lo resumo en que toda su estrategia, fobias y filias aparte, se reduce a mantenerse en el poder por encima de todo y de todos, tanto en su partido como en la presidencia del gobierno.

Por eso insisto que el problema no hay que centrarlo en PSOE, el problema es este personaje de tan escaso bagaje y desmesurada ambición.

Aunque muchos de su partido le hagan el juego; aunque muchos de ellos nos amargaron un 12 y un 13 de Marzo, creo que no es contra el PSOE contra quien hay que ir.

Por eso creo:

No debemos hacer:

Ø Pagarles con la misma moneda que lo hicieron ellos; si acaso recordarles lo que sí hicieron; y sí abrirles los ojos de quien es su presidente y como les controla.
Si debemos hacer

Rebeldía ciudadana:

Manifestaciones ciudadanas; acudir a cuantas se convoquen y podamos asistir aunque sea con esfuerzo; significándolas en la figura del presidente. Yo cambio el eslogan:
“España no se merece este Presidente; el PSOE, tampoco”
Angel

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