Si gana Montilla la Generalitat será una sucursal del PSC
Los socialistas en general y Montilla en particular no pueden esconder que han sido los máximos responsables de tres años de un gobierno corto y malo.
Sus líderes han hecho del gobierno catalán el campo de batallas de sus luchas internas y han utilizado la Generalitat como una base para la consecución de sus propios intereses.
Montilla fue el arquitecto del tripartito cuando le interesaba y su destructor cuando le fue bien; elevó a Maragall y lo mantuvo cuando le interesaba y lo defenestró cuando le fue bien; apoyó las decisiones del tripartito cuando le interesaban y las recurrió cuando le fue bien.
Montilla, pues, ha sido el candidato de los intereses particulares de partido por sobre de los intereses generales del país. Un gobierno Montilla significa un gobierno de y para los socialistas. Significará que la Generalitat de Cataluña pasará a ser una sucursal del PSC. Ya lo hemos visto por ejemplo con la anulación de la cimera de la vivienda de la Unión Europea. Para evitar manifestaciones contra los socialistas que les pudiesen romper su "discurso social" y su "campaña institucional a medida" han tenido más miedo a los antisistemas que a hacer el ridículo en Europa, y con ellos la propia Generalitat y toda Cataluña.
Esta es la verdadera cara de los socialistas. Detrás de la sonrisa de Zapatero y de Montilla se esconde un frío y calculador juego de intereses en los que todos los que se mueven no salen en la foto. Lo hemos visto con los ministros, lo hemos visto con los barones territoriales "incómodos", lo hemos visto con Maragall y Clos; y ahora lo hemos visto con el propio Montilla. Acostumbrado a dominar la situación y a marcar la agenda, cuando algo no le gusta, cuando las cosas salen como no espera, muestra su auténtica cara. La entrevista de La Vanguardia es un ejemplo. Se levantó y se marchó porque no le agradaban las preguntas. Hemos pasado del "ahora no toca" de Pujol, al "usted no sabe con quien habla" de Montilla.
jarim
Sus líderes han hecho del gobierno catalán el campo de batallas de sus luchas internas y han utilizado la Generalitat como una base para la consecución de sus propios intereses.
Montilla fue el arquitecto del tripartito cuando le interesaba y su destructor cuando le fue bien; elevó a Maragall y lo mantuvo cuando le interesaba y lo defenestró cuando le fue bien; apoyó las decisiones del tripartito cuando le interesaban y las recurrió cuando le fue bien.
Montilla, pues, ha sido el candidato de los intereses particulares de partido por sobre de los intereses generales del país. Un gobierno Montilla significa un gobierno de y para los socialistas. Significará que la Generalitat de Cataluña pasará a ser una sucursal del PSC. Ya lo hemos visto por ejemplo con la anulación de la cimera de la vivienda de la Unión Europea. Para evitar manifestaciones contra los socialistas que les pudiesen romper su "discurso social" y su "campaña institucional a medida" han tenido más miedo a los antisistemas que a hacer el ridículo en Europa, y con ellos la propia Generalitat y toda Cataluña.
Esta es la verdadera cara de los socialistas. Detrás de la sonrisa de Zapatero y de Montilla se esconde un frío y calculador juego de intereses en los que todos los que se mueven no salen en la foto. Lo hemos visto con los ministros, lo hemos visto con los barones territoriales "incómodos", lo hemos visto con Maragall y Clos; y ahora lo hemos visto con el propio Montilla. Acostumbrado a dominar la situación y a marcar la agenda, cuando algo no le gusta, cuando las cosas salen como no espera, muestra su auténtica cara. La entrevista de La Vanguardia es un ejemplo. Se levantó y se marchó porque no le agradaban las preguntas. Hemos pasado del "ahora no toca" de Pujol, al "usted no sabe con quien habla" de Montilla.
jarim
1 comentario:
Pero alguien ha oido hablar a Montilla? Este tipo no esta preparado... El nivel de los políticos catalanes es penoso: Radicales, gente sin estudios, sin moral...
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