miércoles, noviembre 02, 2005

Deconstruyendo el estatuto - 18


Artículo 42. La cohesión y el bienestar sociales
(...)
3. Los poderes públicos deben velar por la dignidad, la seguridad y la protección integral
de las personas, especialmente de las más vulnerables.
(...)
6. Los poderes públicos deben emprender las acciones necesarias para establecer un régimen
de acogida de las personas inmigradas y deben promover las políticas que garanticen el reconocimiento y la efectividad de los derechos y deberes de las personas inmigradas, la igualdad de oportunidades, las prestaciones y las ayudas que permitan su plena acomodación social y económica y la participación en los asuntos públicos.
7. Los poderes públicos deben velar por la convivencia social, cultural y religiosa entre todas las personas en Cataluña y por el respeto a la diversidad de creencias y convicciones éticas y filosóficas de las personas, y deben fomentar las relaciones interculturales mediante el impulso y la creación de ámbitos de conocimiento recíproco, diálogo y mediación.
También deben garantizar el reconocimiento de la cultura del pueblo gitano como salvaguarda de la realidad histórica de este pueblo.
Artículo 43. Fomento de la participación
(...)
3. Los poderes públicos deben procurar que las campañas institucionales que se organicen en ocasión de los procesos electorales tengan como finalidad la de promover la participación ciudadana y que los electores reciban de los medios de comunicación una información veraz, objetiva, neutral y respetuosa del pluralismo político sobre las candidaturas que concurren en los procesos electorales.

Respecto al punto 7, debo citar a Arcadi Espada, que destapa con total precisión los sutiles y miserables entresijos del redactado. Con lo fácil que hubiera sido escribir “Los poderes públicos deben velar por la convivencia social, cultural y religiosa”, pues no, ha habido que precisar “entre todas las personas en Cataluña”. Ya habréis detectado que en este estatuto las preposiciones son tremendamente importantes. La diferencia que va de un “en Cataluña” a un “de Cataluña” son abismales. Tanto como “ellos” y “nosotros”. “Ellos” tienen costumbres extrañas, como por ejemplo la de hablar castellano. Hay que armonizarlos, sí, velar por la convivencia de tales grupos diversos. Para muestra basta un botón: la referencia al pueblo gitano, y sigo citando a Espada, que en estos días de pausa por mi parte me ha adelantado en la reseña estatutaria: se reconocen la cultura y la realidad histórica de este pueblo, pero, ¿y su idioma? ¿No habíamos reconocido antes un idioma tan extensa e intensamente hablado como el aranés? ¿Dónde queda el caló? Claro, no nos pasemos y acabemos teniendo que reconocer que en Cataluña hay un puñado de lenguas propias y finalmente tengamos que tragar hasta con el castellano. Hasta ahí podíamos llegar...


Germont

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