jueves, marzo 26, 2009

España se merece un Gobierno.

A uno le pide el cuerpo escribir algo sobre política, y en primer lugar piensa en el gobierno de la nación: por pura lógica, quien tiene el deber de actuar es el primer sujeto de cualquier crítica, sea elogiosa o negativa. Pero en cuanto se encara la labor, topa uno con un obstáculo, y es que tiene este gobierno un pasmoso don: son tantos los disparates que encadena que resulta imposible disparar a todo lo que se mueve, con lo cual uno acaba quedando paralizado por el asombro. No han llegado a tapar un desaguisado que ya han abierto otros tres. Las contradicciones brotan por doquier, las mentiras campan a sus anchas por los ministerios sin el menor rubor, las torpezas se suceden a un ritmo vertiginoso, la incompetencia brilla en todas y cada una de las gestiones, el ridículo aflora en cada comportamiento. Y eso, que aparentemente sería Jauja para los comentaristas, acaba teniendo un efecto paralizante, tanto que uno acaba pensando, en su desvarío, que a lo peor está incluso premeditado. Realmente, uno no sabe qué pieza fijar en el punto de mira, a qué conejo apuntar, porque constantemente otros gazapos saltarines se cuelan ante el visor con renovadas sorpresas y novedosas meteduras de pata, que parecen aún más apetitosas que la anterior.

Uno se troncharía de risa, si no fuese porque lo que está en juego es la gobernación de España. Miren, miren: la ministra de Defensa que se monta un numerito patriótico – maternal anunciando en la tele lo que ignoran sus compañeros de gabinete, los embajadores afectados, la OTAN y los altos mandos militares. La vicepresidenta del Gobierno acorralada por un escándalo tan vergonzoso como estúpido a cuenta de su empadronamiento, que a cualquier gobernante de un país serio le habría llevado a dimitir y pedir perdón. El ministro de Justicia cesado por fanfarrón y grosero, porque no hay otra causa más evidente. Moratinos buscando mayordomo, con la que está cayendo. Corbacho contabilizando parados por miles cada hora. Solbes bostezando mientras ve caer a plomo todos los indicadores económicos. Cabrera adelantando los fallos de los tribunales antes de que se publiquen. Rubalcaba toreado por un par de chorizos sevillanos que le están haciendo remover cielo, agua y tierra para encontrar el cadáver de una pobre cría. Corredor gastándose 600.000 euros en campañas de imagen. Maleni en Siberia aprendiendo a gestionar aeropuertos internacionales en aeródromos de tercer orden. Sebastián regalando bombillas y pidiendo que consumamos producto español. Aído intentando que la ley del aborto sea tan escandalosa que pueda ocultar con su alboroto todo lo demás.

Esta pandilla de amiguetes que han llegado al poder desafiando todas las leyes de la lógica, el sentido común, la prudencia y la sensatez, y que en muchos casos, empezando por el presidente, están usando los más altos sitiales del Estado para hacer sus primeras prácticas en el mundo de la administración pública y la política, nos va a arruinar a todos. En lo económico, en nuestra imagen internacional, y hasta me atrevería a decir que en lo moral.

¿Este es el gobierno de España? Por citar uno de sus lemas más exitosos, podríamos decir que España se merece un Gobierno. Punto.

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