¿ Es posible la igualdad? (II)
Leo en el blog de elegancia perdida una interesante reflexión en la línea de lo que comentaba en mi post anterior. Tampoco descubro nada nuevo si digo que la izquierda ha criticado duramente la codicia y el enriquecimiento personal, prescindiendo de cualquier efecto positivo que esto pueda tener en la sociedad. Como se dice en el post de elegancia perdida, ¿ dónde empieza y termina la codicia?… ¿ Cual es límite entre un enriquecimiento razonable y uno desmesurado? ¿ Dónde se pone el límite? y más importante aún, ¿quién pone el límite?
Es muy fácil ponerse moralista criticando la codicia de los bancos. Pero acaso, ¿ no queremos todos “duros a cuatro pesetas”? ¿No andamos siempre a la busqueda del chollo, del conseguir más por menos? ¿No es eso codicia? ¿No es eso el pequeño fraude de todo los días que acaba acumulándose?
Ahora todos criticamos a los bancos, al capital. Volvemos a usar esa imagen del banquero gordo, obsceno, engullendo todo lo que se pone por delante, vampirizando al obrero, ahora mutado en pagador de hipotecas imposibles.
Pero la cuestión que me produce inquietud es ese moralismo de salón de la izquierda actual, ella que huye de absolutos y relatiza todo valor moral. En nombre del progreso y de la pluralidad practica una equidistancia de equilibristas en casi todas las cuestiones posibles. Sin embargo, si se cuestiona mínimamente las causas y circunstancias del cambio climático, la izquierda oficial salta como defensora de una moral absoluta. Igualmente, cuando se intenta entender las causas y circunstancias de la crisis financiera la izquierda nos da la explicación inmediatamente y quién la niegue corre el riesgo de ser llamado pecador (es decir, “fascista” en el nuevo vocabulario “progre”). Todo se reduce a una cuestión de codicia desmesurada. Algo que se soluciona regulando el mercado. Y como primera medida socializamos las perdidas de los codiciosos para que todo vuelva a su cauce…
Una ventaja de ser relativista a tiempo parcial, como lo es la izquierda actual, es que la lógica también funciona a tiempo parcial…
La izquierda, hasta ahora refugiada en la defensa de la pluralidad, del multiculturalismo y de la lucha contra el susodicho cambio climático ha vuelto a encontrar en esta crisis un argumento para justificar su existencia: la lucha contra la codicia. Desde el progresismo actual, a la vez que se practica una crítica exacerbada a la moral católica, se usan sus valores y sus imágenes para defender su posiciones política.
Así, respondiendo a las preguntas que hacía en mi post anterior:
1) la izquierda cuestiona, desde una posición moral, el enriquecimiento personal.
2) por tanto, si la desigualdad material es moralmente inaceptable y es la causa de todos los males, la izquierda debe fomentar una política igualitaria, no solo en los derechos, sino en los resultados y en lo material.
La cuestión más interesante para mí es como la izquierda responde a estas cuestiones desde un punto de vista moral cuando se ha pasado años negando la validez de cualquier sistema moral en términos absolutos. Si eso es cierto, ¿ como la izquierda puede fundamentar esa nuevo sistema ético, sin caer en una dura contradicción?
Pienso que no es una pregunta retórica. Hay mucho en juego. La izquierda usa muy bien esa ética relativista y la usa de un modo directo, agresivo y emocional. Buscar una alternativa a la progresía pasa por entender estos mecanismos y por desmontarlos, a la vez que se propone una alternativa seria, racional y eficiente.
To be continued
dosmildoce.wordpress.com
1 comentario:
La Izquierda no está interesada en fomentar la "riqueza" sino en eliminar a los "ricos"... y eso tiene una sencilla respuesta: "desaparece la riqueza". La mediocridad no genera mas que mediocres y economía de "mala subsistencia". Leyendo los planes de "alimentación" de la actual dirigista China son, sencillamente "la destrucción de suelos" y la "consolidación de la pobreza". Así es el estatalismo: Verdades oficiales que son mentiras reales.
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