miércoles, octubre 15, 2008

El coñazo de Mariano

Por Germont:
Mariano y los micrófonos no se llevan bien. Pero es que tanto da: si el problema es que le faltan reflejos para salirse de situaciones ridículas como ésta. Bien es cierto que a los españolitos que hemos venido votando al PP nos parece grave el comentario. A mí al menos me ha ofendido. Pero también es verdad que con un poco de salero y cintura hubiese podido salir del charco quedando incluso simpático. Pues ni eso: no se le ocurre nada más original que un rutinario apoyo a las Fuerzas Armadas, que nadie ha puesto en duda por otra parte. Hace unas semanas fue el murmullo pidiendo tiempo muerto en una rueda de prensa a cuenta del problema de UPN, y ahora esto. Muy despierto, lo que se dice muy despierto no debe ser el hombre.
Y mañana irá a hacerse la foto con Zapatero, para ser insultado acto seguido en el mismo momento en que su coche cruce las verjas de palacio. No ha encontrado todavía la fórmula para darle la vuelta a la situación, y recordar que es él la oposición, papel que el propio PSOe le está robando. Lo tenemos escrito en este Foro desde hace años: los socialistas han alcanzado el nirvana político, que es ejercer de gobierno y de oposición al mismo tiempo. No sigo la política interna de otros países, pero dudo mucho que el partido gobernante se dedique a zaherir y humillar día sí, día también, al de la oposición. Aquí sí: el PSOE - gobierno invita a Rajoy a reunirse con Zapatero para hablar de la crisis. Y el PSOE - oposición le insulta simultáneamente a porrillo.
Mientras este hombre no se plante (y no creo que lo vaya a hacer), seguirá siendo el pito del sereno. Y lo que es peor, sus votantes con él. Sería sencillísimo recopilar en media hora los insultos y descalificaciones que Blanco, Alonso, Pajín, De la Vega y otros le han dedicado a Rajoy desde el mismo momento en que Zapatero anunció que le convocaría (y ojo: él aceptó sin rechistar), ponerlos en negro sobre blanco, repartirlos a la prensa y leerlos públicamente y anunciar a continuación que mientras se mantenga esta actitud tramposa no se celebrará la reunión, que para hablar ya está el parlamento. A ver qué hace el gobierno.
Pues no: acudiremos a La Moncloa con los insultos atronando en los oídos, para que el presidente nos diga que ya ha aprobado por decreto lo que quiere que le respaldemos "sin condiciones", posaremos para la foto a la salida, y a seguir oyendo insultos en la radio en el camino de vuelta. Empiezo a pensar que a Rajoy le encanta ir a Moncloa, y como no ve otra forma de acceder que no sea de visita...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo