Spain is different, again
Verano de eurocopas, wimblendons y juegos olímpicos. Periódicos minimizados con los clásicos suplementos de veranos. Desde Doñana viene el Presidente corriendo para sacarse una foto, presidir alguna comisión y un consejo de Ministros, anunciar medidas ya obsoletas antes de ser publicadas y volver raudo y veloz a su retiro para ver si acaba el libro del verano.
Por el norte, Ibarretxe anda imprimiendo papeletas ilegales para su referéndum freudiano. Y cada mañana le pregunta al espejo: “espejito, espejito, dime ¿ tenemos los vascos y vascas derecho a decidir ? “. Pero el espejo no responde. Solo le devuelve su propia imagen cansada de un hombre con una papeleta en la mano…
Desde Cataluña los habitantes del oásis celebran su verano contando medallas de deportistas catalanes sin incluir las de Gasol y Nadal ambos sospechosos ya de alta traición a la causa catalana.
El verano transcurre y las ideas siestean en una sociedad apática que solo salta a golpe Eurocopa o de manifestación por la paz, siempre y cuando en la guerra participe EEUU… si solo es una cuestión de rusos y georgianos la paz se queda enmarcada en el cuadro del salón, que queda muy bien. Y sin son balas rusas o georgianas las que matan periodistas nadie se acordará de ellos. Es otra guerra, lejana. Gente extraña. Es tiempo de verano, de exclusivas en revistas de corazón y fotos casposas en bañador en alguna playa del mundo. No es tiempo para ponerse el pañuelo palestino, la camiseta de Nunca Mais y una rosa blanca o rosa en el puño. No, ahora no toca.
Verano de ideas muertas preparando un otoño de debates estériles, caducos. Los catalanes a vueltas con su dinero. El líder de los vascos preguntando a todo el orbe si tiene derecho a decidir. Y el Presidente apurando las últimas páginas de su libro, no sea que no le de tiempo a acabarlo.
¿A dónde vamos? A nadie le importa. No hay discusión de modelos. No hay debates de altura. No hay ideas sobre la mesa. Solo las viejas obsesiones de nuestros políticos, con algo más de cloro y sal y la piel algo más morena.
Y dentro de unas semanas arrancará la etapa final de las elecciones americanas donde se debatirá sobre modelos sanitarios, crisis económica, modelos educativos, investigación, política exterior…
Igual que en España… igual, igual.