Un turco en la Generalitat
Por Antonio Jaumandreu
Hay que admitir que supone un avance: antes sólo era un charnego, pero esa palabra fue abolida por los nacionalistas porque tenía un no sé qué de racista que en aquellos momentos no convenía a su imagen pública. Pasar de charnego a turco es dejar de ser un apátrida para gozar de una nacionalidad que además cualquier día formará parte de la Unión Europea.
Por supuesto, nadie ha respondido, ni el propio Montilla, que a estas horas debe estar consultando los mapamundis para ubicar su nueva patria. Nadie le ha recordado a Carod cosas tan elementales como que el español es lengua oficial en Cataluña; que Cataluña forma parte, le guste o no, de España; que los españoles no son inmigrantes en Cataluña; que ya está bien de insultar al resto de España con cargo a los presupuestos. Nada, excepto las rutinarias manifestaciones de protesta de PP y Ciutadans.
Luego sale Mas, don Artur, y dice que le parece fatal que Mustafá Montilla asista al desfile del 12 de octubre en Madrid “con la que está cayendo”. La que está cayendo, dice... ¿se referirá a lo de Carod que acabamos de comentar? O tal vez a la quema de retratos del Rey. O a las arengas independentistas del pequeño Napoleón del Nou Camp. O al anuncio de la secesión para 2014. O a las proclamas de López Tena. O al despido “por castellanoparlante” de una tertuliana. O a las amenazas a políticos del PP y de Ciutadans. O al independentismo en la sección de deportes de TV3. O al programa / panfleto sobre los inmigrantes nacionalistas. O a la aplicación acelerada del Estatut sin esperar el fallo del TC. Es verdad: con la que está cayendo, y no pasa nada...
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