jueves, octubre 04, 2007

Orgullo


Por Antonio Jaumandreu

"Estoy muy orgulloso de que en el debate de investidura me dieran apoyo los diputados independentistas y no tuviera el apoyo de ustedes, tampoco se los pedí", por no querer "el apoyo de los que han trabajado y continúan trabajando por enfrentar Cataluña con España, por que haya animadversión hacia Cataluña, que ha interpuesto un recurso de inconstitucionalidad contra el Estatut y continúa manipulando la justicia en contra de lo que votó el pueblo de Cataluña en referéndum. De no contar con su apoyo y contar con otros apoyos, señor diputado, me siento muy orgulloso", aseveró José Montilla, levantando el aplauso de la bancada del tripartito.

Montilla replicó así a los reproches del presidente del PP catalán, Daniel Sirera, por que estuviera gobernando "gracias al voto de diputados que se autoinculpan en la quema de fotos al Rey", en alusión al diputado de ERC Uriel Bertrán; o que contara con un socio de Gobierno que "tiene a personas que forman parte de candidaturas municipales que se dedican a amenazar de muerte a dirigentes del PP o que en sus juventudes hay personas que amenazan de muerte a diputados de esta Cámara", en alusión también a ERC.


Yerran quienes se escandalizan o esperaban otra cosa. Es simple: 159.418 euros al año, más residencia oficial. Sí, Montilla, el que en la vida laboral ordinaria, es decir, fuera de la política, podría aspirar tal vez a un sueldo anual de… ¿pongamos 30.000 euros, antigüedad incluida? No parece que su currículum dé mucho más de sí. ¿Cómo no va a estar orgulloso de estos muchachos que le han hecho un hombre, que le han resuelto la existencia aún a costa de renunciar a sus orígenes y hasta a su lengua, de tolerar que tal vez a gentes procedentes de su propia Andalucía natal las multen por rotular su bar en castellano, de admitir que los nietos de sus propios vecinos cordobeses no puedan estudiar en español ni hablarlo libremente en los recreos? Montilla no es un independentista. Montilla es un tipo que aún no se cree lo que le ha tocado en la lotería de la vida, y que por ello mismo guardará eterno agradecimiento, servilismo si hace falta, a quienes le han dado el boleto premiado. ¿Qué para ello hay que ponerse del lado de los agresores y hurgar en la herida de los agredidos? Bueno, el heroísmo no va en el sueldo. Ni la dignidad.

Los árboles y el bosque

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