Desde mi trinchera liberal: La Señorita Andaluza
La extinta Carmen Calvo supuso en vida política una singular benefactora para el Partido Popular. Le llovían los votos cada vez que abría la boca. Magdalena Alvarez es otro filón de votos para el Partido Popular. Que lo explote.
Magdalena Alvarez, la ministra alicuota de fomento del Caos, llegó a ser ministra por una razón, un favor y un procedimiento o pretexto. La razón era que Chaves, que no la aguanta, la quería ver bien lejos de Andalucía y ocupada. El favor, el que le debía Zapatero a Chaves por su ayuda a alcanzar la secretaría del SOE, fatídico día. Y el pretexto, la infamia esa de las cuotas.
Desde su llegada a al ministerio, la ministra ha hecho del despróposito su modo de actuar. De la prepotencia, que ha llevado a muchos mandos a saltar del Ministerio, un fachada tras la que esconder sus propias flaquezas y errores. Ha tenido la misteriosa habilidad de aunar en su contra a ERC, IU, CIU, PNV y PP. En lo que a ella respecta, ha conseguido dinamitar el botijo de Tinell.
En su última comparecencia para explicar el caos que asola a Cataluña, Magdalena Alvarez cavó su propia tumba. Trasladó su dimisión a Zapatero, y ahora las apuestas son cuándo va a darle el finiquito. Zapatero, tan pargmático, tan calculador, y tan orgulloso, no va a permitir ´que los ciudadanos le perciban como el responsable último de que las cosas no funcionen en fomento. Y menos, estando en plena siembra electoral.
Magdalena Alvarez, la ministra alicuota de fomento del Caos, llegó a ser ministra por una razón, un favor y un procedimiento o pretexto. La razón era que Chaves, que no la aguanta, la quería ver bien lejos de Andalucía y ocupada. El favor, el que le debía Zapatero a Chaves por su ayuda a alcanzar la secretaría del SOE, fatídico día. Y el pretexto, la infamia esa de las cuotas.
Desde su llegada a al ministerio, la ministra ha hecho del despróposito su modo de actuar. De la prepotencia, que ha llevado a muchos mandos a saltar del Ministerio, un fachada tras la que esconder sus propias flaquezas y errores. Ha tenido la misteriosa habilidad de aunar en su contra a ERC, IU, CIU, PNV y PP. En lo que a ella respecta, ha conseguido dinamitar el botijo de Tinell.
En su última comparecencia para explicar el caos que asola a Cataluña, Magdalena Alvarez cavó su propia tumba. Trasladó su dimisión a Zapatero, y ahora las apuestas son cuándo va a darle el finiquito. Zapatero, tan pargmático, tan calculador, y tan orgulloso, no va a permitir ´que los ciudadanos le perciban como el responsable último de que las cosas no funcionen en fomento. Y menos, estando en plena siembra electoral.
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