Ya está sucediendo…
Hace años, meses incluso, nos indignábamos imaginando hacia dónde podría evolucionar la situación vasca. Todo eran advertencias apocalípticas, un futuro negro que sin embargo nos negábamos a aceptar, en nuestro fuero interno, que pudiese hacerse realidad: “no, eso no nos puede pasar, es demasiado fuerte”.
Y sin embargo, ya está sucediendo. Vaticinamos no hace tanto en tono sombrío que los terroristas de ETA pasearían por la calle, ocuparían cargos públicos y serían tratados como veteranos de guerra, con honores y respeto. Y que las víctimas corrían el riesgo de ser olvidadas y arrinconadas. Pues ese futuro terrible ya es una realidad: Iñaki de Juana pasea por la calle con su novia, tiene un médico de su misma cuerda ideológica que le receta los paseíllos, y vive protegido por cuatro funcionarios policiales pagados con dinero público que además le sirven la comida. Y las víctimas no sólo son arrinconadas, sino incluso agredidas. Y lo que es peor: no ya por los “radicales” batasunos, sino por los jubilados del PNV. Y no sucede nada. Aún los procesan a ellos por provocadores.
El gobierno dirá lo que quiera por boca de sus portavoces. Es posible incluso que la ley en su aplicación más puntillosa pueda justificar esto. Pero cualquier persona honesta y sensata sabe que la ley admite diversas interpretaciones y graduaciones en su aplicación práctica. Vamos, que como decía hoy no sé quién, si De Juana necesita pasear puede hacerlo por el patio de la prisión o por la calle, y la ley estaría cumplida en ambos casos. Alguien, entonces, decide que lo haga por la calle, abrazadito a la miserable de su novia, porque miserable hay que ser para estar ligada sentimentalmente al asesino de 25 personas. Y ese alguien es una autoridad política, es alguien que depende del gobierno y en última instancia de su presidente. Dicho de otra manera: por supuesto que De Juana puede salir a la calle por prescripción facultativa, y con ello no se vulnera formalmente ninguna ley. Pero por supuesto también que si gobernase el PP De Juana pasearía por el patio de la cárcel y vería a su novia cuando le tocase. Es decir, que existe voluntad política del gobierno para que De Juana disfrute de la interpretación más benévola de la legislación penitenciaria.
Todo aquello tan terrible que no iba suceder nunca ya está pasando. Y el gobierno de Zapatero lo está tolerando. Es bueno recordarlo cuando haya elecciones. Aunque sean municipales y autonómicas.
Y sin embargo, ya está sucediendo. Vaticinamos no hace tanto en tono sombrío que los terroristas de ETA pasearían por la calle, ocuparían cargos públicos y serían tratados como veteranos de guerra, con honores y respeto. Y que las víctimas corrían el riesgo de ser olvidadas y arrinconadas. Pues ese futuro terrible ya es una realidad: Iñaki de Juana pasea por la calle con su novia, tiene un médico de su misma cuerda ideológica que le receta los paseíllos, y vive protegido por cuatro funcionarios policiales pagados con dinero público que además le sirven la comida. Y las víctimas no sólo son arrinconadas, sino incluso agredidas. Y lo que es peor: no ya por los “radicales” batasunos, sino por los jubilados del PNV. Y no sucede nada. Aún los procesan a ellos por provocadores.
El gobierno dirá lo que quiera por boca de sus portavoces. Es posible incluso que la ley en su aplicación más puntillosa pueda justificar esto. Pero cualquier persona honesta y sensata sabe que la ley admite diversas interpretaciones y graduaciones en su aplicación práctica. Vamos, que como decía hoy no sé quién, si De Juana necesita pasear puede hacerlo por el patio de la prisión o por la calle, y la ley estaría cumplida en ambos casos. Alguien, entonces, decide que lo haga por la calle, abrazadito a la miserable de su novia, porque miserable hay que ser para estar ligada sentimentalmente al asesino de 25 personas. Y ese alguien es una autoridad política, es alguien que depende del gobierno y en última instancia de su presidente. Dicho de otra manera: por supuesto que De Juana puede salir a la calle por prescripción facultativa, y con ello no se vulnera formalmente ninguna ley. Pero por supuesto también que si gobernase el PP De Juana pasearía por el patio de la cárcel y vería a su novia cuando le tocase. Es decir, que existe voluntad política del gobierno para que De Juana disfrute de la interpretación más benévola de la legislación penitenciaria.
Todo aquello tan terrible que no iba suceder nunca ya está pasando. Y el gobierno de Zapatero lo está tolerando. Es bueno recordarlo cuando haya elecciones. Aunque sean municipales y autonómicas.
Germont
1 comentario:
Diria mas, exigiria al quien corresponde que nos hiciera el favor de detallarnos cuantos presos en España estan en la misma situación que De Juana.
En realidad, necesitariamos saberlo. Puede que resulte que existen varios presos más paseando alrededor de las carceles. Y si eso no es cierto y si solo pasea De Juana, el gobierno es un traidor y un mentiroso.
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