Retratos de seres humanos que deciden vivir juntos
Por Reme Falaguera
Tienen razón los que afirman que estamos asistiendo a una revolución de conceptos y costumbres sin parangón en la que el gobierno intenta manipular y difundir con normalidad un sucedáneo de la Familia.
Son muchos los ejemplos que podríamos constatar y, mucho me temo que veremos más. Pero hoy, me interesa centrarme en la obra patrocinada por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, "Retratos de familia: miradas a las familias españolas del siglo XXI", en la que se recoge más de un centenar de fotografías y con las que se nos pretende vender una nueva realidad de las familias españolas amparándose en que “en este siglo XXI los españoles le hemos dado la vuelta a la institución para abrirla a los nuevos tiempos”.
Por esta razón, en el libro, de una gran calidad fotográfica, no lo dudo, aparecen, junto a las Familias (con mayúscula), “grupos de seres humanos que deciden vivir juntos”, de “todos los colores, nucleares, interraciales, monoparentales, reconstituidas, numerosas, homosexuales, de acogida o adopción, convencionales...”, según declaraciones de Rosa Regás, directora de la Biblioteca Nacional y responsable de esta publicación.
Afortunadamente, la Familia es lo que es y seguirá siéndolo, a pesar de que los progres se empeñen en modificarla para tranquilizar su conciencia. Es más, cambiar el significado de la palabra Familia, adulterar su concepto para engañar a la sociedad y modificar su comportamiento, me parece sencillamente lamentable, ruin y totalmente ineficaz.
Los que tenemos la suerte de disfrutar de una Familia autentica sabemos de lo que hablamos y asumimos, porque no decirlo claramente, que somos objeto de envidia del que desea insaciablemente ser como nosotros.
De manera que, si usted quiere conseguir una Familia que se pueda escribir con mayúsculas, solo tiene que intentar que no sea “una construcción sociológica casual, fruto de situaciones particulares históricas y económicas” sino más bien “una institución intermedia entre el individuo y la sociedad…que se apoya sobre todo en una profunda relación interpersonal entre el esposo y la esposa, sostenida por el afecto y comprensión mutua. El amor entre el padre y la madre ofrece a los hijos una gran seguridad y les enseña la belleza del amor fiel y duradero.
La familia es un bien necesario para los pueblos, un fundamento indispensable para la sociedad y un gran tesoro de los esposos durante toda su vida. Es un bien insustituible para los hijos, que han de ser fruto del amor, de la donación total y generosa de los padres”.
Remedios Falaguera
www.debate21.com
Son muchos los ejemplos que podríamos constatar y, mucho me temo que veremos más. Pero hoy, me interesa centrarme en la obra patrocinada por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, "Retratos de familia: miradas a las familias españolas del siglo XXI", en la que se recoge más de un centenar de fotografías y con las que se nos pretende vender una nueva realidad de las familias españolas amparándose en que “en este siglo XXI los españoles le hemos dado la vuelta a la institución para abrirla a los nuevos tiempos”.
Por esta razón, en el libro, de una gran calidad fotográfica, no lo dudo, aparecen, junto a las Familias (con mayúscula), “grupos de seres humanos que deciden vivir juntos”, de “todos los colores, nucleares, interraciales, monoparentales, reconstituidas, numerosas, homosexuales, de acogida o adopción, convencionales...”, según declaraciones de Rosa Regás, directora de la Biblioteca Nacional y responsable de esta publicación.
Afortunadamente, la Familia es lo que es y seguirá siéndolo, a pesar de que los progres se empeñen en modificarla para tranquilizar su conciencia. Es más, cambiar el significado de la palabra Familia, adulterar su concepto para engañar a la sociedad y modificar su comportamiento, me parece sencillamente lamentable, ruin y totalmente ineficaz.
Los que tenemos la suerte de disfrutar de una Familia autentica sabemos de lo que hablamos y asumimos, porque no decirlo claramente, que somos objeto de envidia del que desea insaciablemente ser como nosotros.
De manera que, si usted quiere conseguir una Familia que se pueda escribir con mayúsculas, solo tiene que intentar que no sea “una construcción sociológica casual, fruto de situaciones particulares históricas y económicas” sino más bien “una institución intermedia entre el individuo y la sociedad…que se apoya sobre todo en una profunda relación interpersonal entre el esposo y la esposa, sostenida por el afecto y comprensión mutua. El amor entre el padre y la madre ofrece a los hijos una gran seguridad y les enseña la belleza del amor fiel y duradero.
La familia es un bien necesario para los pueblos, un fundamento indispensable para la sociedad y un gran tesoro de los esposos durante toda su vida. Es un bien insustituible para los hijos, que han de ser fruto del amor, de la donación total y generosa de los padres”.
Remedios Falaguera
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