domingo, mayo 06, 2007

¿Por qué llamamos paz a lo que es sometimiento?, ¿Por qué llamamos paz a lo que es claudicación?

Por Inmaculada Sánchez Ramos

Nota._ Este artículo ya lo ha colgado la autora en su blog en varias ocasiones, sin embargo, por desgracia, conforme pasa el tiempo más obvio es el paralelismo.

Hemos traído “la paz con honor, la paz de nuestro tiempo” esta fue la frase que gritó Chamberlain a la muchedumbre que lo recibió en Londres a la vuelta de su reunión en Munich con Hitler del 30 de septiembre de 1938 en la que firmaron el documento conocido como el pacto de Munich donde se declaraba su deseo de garantizar la paz mediante la consulta y el diálogo.

Desgraciadamente, cuando se negocia la paz, la paz con minúsculas, la supuesta paz, esa paz que nos más que claudicación, esa paz que se “negocia” con un supuesto adversario que no es más que un tirano, un terrorista, el resultado es claro y previsible pues no es una negociación sino una claudicación.

Pero, por si fuera poco, no hace falta preverlo, no hace falta adivinarlo. Ahora ya lo hemos vivido, ya lo hemos sufrido, ya lo hemos visto. No ha pasado ni si quiera un siglo desde que en Europa vivimos esa misma situación y la respuesta al diálogo fue rotunda, la guerra y la anexión de otros territorios- Checoslovaquia, etc-.

Un tirano, que considera la nación basada en la raza aria y en la superioridad de la misma; un tirano que cree que su misión es la expansión de su territorio no se iba parar por ingenuas - en el mejor de los casos- o interesadas -en el caso más probable- promesas de diálogo.

Fue Churchill, por cierto vituperado, quien en su discurso pronunciado tras el acuerdo de Munich alentó del fracaso y dijo “Estamos frente a una catástrofe de primera magnitud, que acaba de sorprender a Gran Bretaña y a Francia". No, no, no se confundió.

¿No ven enormes paralelismos?. Si en lugar de Chamberlain, ponemos Rodriguez, si en lugar de Checoslovaquia ponemos Navarra, si en lugar de Hitler ponemos ETA/Batasuna, y si en lugar de Churchill ponemos Rajoy, ¿A qué les suena?.

Inmaculada Sánchez Ramos

Desde la Libertad

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