El Gobierno disfraza a ETA
Hoy ya no hay duda. Para el PSOE, el enemigo es el PP, no es ETA. Desde el partido que sustenta al Gobierno, después de haberse echado al monte, han señalado a los populares como el enemigo a batir políticamente y el enemigo a abatir por la banda terrorista. Mientras tanto, el fiscal general del Estado ha logrado el mayor desprestigio posible del puesto que ocupa, al colaborar con banda armada. No hay duda ya entre un amplio sector de la ciudadanía. Lo que no parece entender Rodríguez es que ese tipo de temeridades se pagan en carne propia. Debería saberlo el presidente, lo teme el desinformado Pérez Rubalcaba y parecen incapaces de razonarlo los aturdidos ‘pepiños’ que pululan por el entorno gubernamental.
ETA se ha disfrazado con careta de Acción nacionalita Vasca. El Gobierno ha colaborado en ello. La banda se encuentra exultante por volver a las instituciones y cobrar sus actos del erario público. Las elecciones del 27-M han metido la zorra en el gallinero, con el beneplácito gubernamental. La terquedad del Gobierno Rodríguez se ha salido con la suya, aunque lo más absurdo y peligroso de todo es que hay una parte importante de la sociedad que calla su complicidad, esconde su cobardía y silencia su ruindad.
Da la impresión de que el Gobierno no se ha percatado de que con su visto bueno también se subvencionarán municiones, coches-bomba, fabricación de zulos, moderno armamento y quema de enseñas nacionales. Es como si ETA, con anagrama de ANV, hubiera mandado una carta de extorsión al Gobierno. Y la cruda realidad es que Rodríguez ha autorizado que se pague la cantidad de la extorsión. Sí, es fácil de entender: los fondos públicos servirán como impuesto revolucionario. Mientras tanto, Rodríguez y su clan de ‘siseñores’ anestesiarán a los suyos con las barbaridades de Aznar, la guerra de Irak, el ‘Prestige’, los chistes de pepino Blanco y demás tretas propias de la antigualla decimonónica, vetusta e inmovilista que es el socialismo a la española; algo así como la tortilla francesa, pero sin huevo ni aceite.
Con todo lo que estamos comprobando, viendo y oyendo, cada vez entendemos menos el acercamiento del Gobierno Rodríguez a ETA, la malversación de posibilidades para acabar con la banda asesina y su incursión en ‘territorio comanche’. Todo ello lo comprobó mucho antes Fernando Savater, por eso no nos extraña que para manifestarse elija antes “a la cabra de la legión, antes que a los cabrones que acompañan a Arnaldo Otegi”. ¿Y quién no? Entre el socialismo, el mundo de las libertades y la oposición al terrorismo, solo uno ha dejado de ser reconocido y bienvenido: el primero.
El blog de Jesús Salamanca
ETA se ha disfrazado con careta de Acción nacionalita Vasca. El Gobierno ha colaborado en ello. La banda se encuentra exultante por volver a las instituciones y cobrar sus actos del erario público. Las elecciones del 27-M han metido la zorra en el gallinero, con el beneplácito gubernamental. La terquedad del Gobierno Rodríguez se ha salido con la suya, aunque lo más absurdo y peligroso de todo es que hay una parte importante de la sociedad que calla su complicidad, esconde su cobardía y silencia su ruindad.
Da la impresión de que el Gobierno no se ha percatado de que con su visto bueno también se subvencionarán municiones, coches-bomba, fabricación de zulos, moderno armamento y quema de enseñas nacionales. Es como si ETA, con anagrama de ANV, hubiera mandado una carta de extorsión al Gobierno. Y la cruda realidad es que Rodríguez ha autorizado que se pague la cantidad de la extorsión. Sí, es fácil de entender: los fondos públicos servirán como impuesto revolucionario. Mientras tanto, Rodríguez y su clan de ‘siseñores’ anestesiarán a los suyos con las barbaridades de Aznar, la guerra de Irak, el ‘Prestige’, los chistes de pepino Blanco y demás tretas propias de la antigualla decimonónica, vetusta e inmovilista que es el socialismo a la española; algo así como la tortilla francesa, pero sin huevo ni aceite.
Con todo lo que estamos comprobando, viendo y oyendo, cada vez entendemos menos el acercamiento del Gobierno Rodríguez a ETA, la malversación de posibilidades para acabar con la banda asesina y su incursión en ‘territorio comanche’. Todo ello lo comprobó mucho antes Fernando Savater, por eso no nos extraña que para manifestarse elija antes “a la cabra de la legión, antes que a los cabrones que acompañan a Arnaldo Otegi”. ¿Y quién no? Entre el socialismo, el mundo de las libertades y la oposición al terrorismo, solo uno ha dejado de ser reconocido y bienvenido: el primero.
El blog de Jesús Salamanca
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