Desde mi trinchera liberal: la izquierda y su esquizofrenia

Nos meten el dedo en el ojo y somos los crispadores. La izquierda española tiene la rara habilidad de remar sobre un muy escaso talante democrático y a la vez endosar el falso mochuelo de lo mismo a la derecha. Son a la vez clavo y pared. Se quejan mientras nos intentan machacar.

Decía Theodor Roosevelt que una gran democracia debe progresar o pronto dejará de ser o grande o democracia. En España estamos viviendo una democracia falsificada, desvirtuada, sin dosis efectiva de sentido común por parte de la izquierda. Quieren negar a la derecha su simple derecho a existir. Desde que amasaron el botijo de Tinell el aniquilamiento civil de la derecha española forma parte de la foto de familia de la izquierda española. Encima, protestan porque lo denunciamos. Son ellos los agredidos, dicen. La derecha fascista es la que golpea, la que desfila por la calle al son de alegres primaveras y escuadras a vencer. Confunden la fiesta democrática de millones de españoles manifestándose pacíficamente por nuestras calles con una nueva reedición de las demostraciones fascistas. No aceptan la disidencia política. No nos consideran adversarios, sino enemigos a batir.

Y aquí el único fascismo lo ejercen quienes queman sedes, intentan linchar a sus contrarios políticos, detienen ilegalmente a personas, pactan oscuras cesiones subterráneas, excarcelan de facto asesinos, matan una segunda vez a las víctimas del terrorismo. Intentan matar su memoria, su dignidad, el respeto debido. Se mimetizan con el terrorismo abriéndoles las puertas de la política activa. A cargo del erario público, además. Una inombrable orquesta de despropósitos. Convierten lo más sagrado en equilibrio electoral, en mercadeo de supervivencia. Anhelan una paz que es rendición. En este contexto, la integridad es un estorbo. Por eso, vienen a por nosotros. Y nuestra respuesta no es que sea paciente. Es que raya el estoicismo. O quizá lo hayamos rebasado ya de largo.

Talante, ¿qué talante?. Consenso, ¿dónde está? Sólo sirven para confeccionar un comic socialista de política ficción. La realidad es que van a por nosotros. Y nuestro derecho a la réplica pacífica lo consideran agresión. Pura esquizofrenia la de esta izquierda.